
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Víctor Puente
Martes, 13 de junio 2017, 08:04
Sergio El Niño García (Torrelavega, 1993) alcanzó este fin de semana la mayoría de edad. No es que cumpliera 18 tiene 24. Lo que ocurre ... es que aprobó con notable alto el combate hasta ahora más importante de su carrera sobre el cuadrilátero. La esperanza del boxeo cántabro domina como nadie el peso superwélter en la región pero fuera de nuestras fronteras su techo era toda una incógnita. "No me terminaban de salir peleas adecuadas con rivales de envergadura y decidimos parar". El púgil de Barreda se cansó de esperar a finales del año pasado. No quería "estirar" su carrera haciendo combates en los que tenía más posibilidades de lesionarse que de progresar. Pero la llamada de un grande al fin llegó. El catalán Isaac Chaca Real, excampeón de Europa, buscaba este año un joven aspirante para mostrarse a sí mismo que todavía tiene mucho que decir con los guantes. El elegido fue El Niño, que no dudó en volver a juntarse con el entrenador que le enseñó todo cuando empezó a hacer guantes con el saco a sus 16 años. Víctor Iglesias le incluyó entrenamientos con el vasco Kerman Lejarraga, que ya triunfa en los Estados Unidos, y el canario Ferino V, excampeón de Europa del peso wélter. Los frutos se dieron el sábado cuando El Niño se enfundó el título de campeón de plata superwélter, la corona intermedia del Consejo Mundial del Boxeo (WBC).
¿Qué sabor de boca le dejó la victoria ante el Chaca?
Mejor imposible. Que te salga en el cuadrilátero todo lo que has estado entrenando en los últimos meses es para estar muy contentos.
Llegaba como el aspirante y su rival como el favorito, pero en cuanto comenzó el combate daba la impresió de que se cambiaron los papeles.
Estaba muy tranquilo y así se lo dije a mi entrenador en el vestuario. No tenía nada que perder. Sólo demostrar lo que sé hacer. Igual ese factor nos vino bien. Me limité a hacer mi trabajo, empecé a encontrarme cómodo y todo salió bien. Quizá él, al tener la presión de pelear en casa, se vio superado y anulado. Todo lo que quería hacer no le salía.
¿Cómo se explica eso de pelear sin presión cuando le llega la primera oportunidad seria para dar un paso adelante en su carrera?
Nos daban como perdedor en todas las apuestas. La presión la tenía él, pero nos ha venido muy bien esta oportunidad. Este combate ha sido un punto de inflexión. Necesitábamos ganar para abrirnos puertas en el boxeo mundial. Era una prueba que había que pasar para saber hasta dónde podemos llegar. La hemos pasado con nota.
Habla todo el rato en plural. ¿Qué parte de culpa tiene en todo esto su entrenador?
El 50 por ciento de esta victoria es suya. Cuando llegue al gimnasio no sabía hacer nada y todo lo que sé es gracias a él. Tenemos tanta complicidad que en el combate llegamos hasta hablar. Sé que no se debe hacer pero me sale. Le miro y con un solo gesto ya sé lo que tengo que hacer. Yo soy la moto y él, el piloto. Me dejo guiar y nos ha ido bastante bien hasta el momento.
¿Incluso cuándo decidió retirarse a finales del año pasado?
El boxeo no es un deporte agradecido. Estábamos trabajando en una proyección hacia arriba pero no nos salían las peleas adecuadas y para estar de un lado para otro peleando sin ningún sentido era mejor dejarlo. Lo decidimos entre los dos.
¿Con la proyección que tiene será duro dejarlo todo no?
Antes de esta pelea he estado barajando muchas otras. Entrenábamos con ilusión pero de repente nos llamaban para decirnos que se anulaban. Sentía que era un cachondeo y decidí parar. No quería estirar una carrera porque eso significa llevarte golpes de más. Si tienes un mal golpe luego se complica todo. Hay más vida que el boxeo.
¿Tan difícil es conseguir un combate?
En España este deporte es minoritario. En otros países incluso te dan subvenciones e incluso un sueldo mensual. Aquí vas a bolsas de pelea y no cobras lo que cobras fuera. Para ganar un buen dinero tienes que irte fuera, a los grandes campeonatos.
Pero al final llegó esa oportunidad.
Sí. La hemos sabido aprovechar y ahora lo que toca es seguir entrenando a tope para las que seguro nos saldrán después del verano.
Ahora todo el mundo pensará en usted como contrincante, ¿aceptará todo lo que le salga?
Sólo lo que nos llamen que merezca la pena. Ya sea un título europeo, una eliminatoria de Mundial, una pelea importante, porque aparte del dinero, que es importante, buscamos combates que nos proyecten cada vez más.
¿Es una opción de Sergio García dar el salto a Estados Unidos?
La gente que no es de este deporte se piensa que aquello es la meca, el no va más. Allí es donde más predomina el boxeo pero una buena pelea en Inglaterra o en Francia tampoco está mal. Donde se dé la oportunidad es donde tenemos que ir, ya sea a Estados Unidos, Europa o donde sea.
¿Ya tiene pensada la hoja de ruta para intentar ser un grande?
Entrenar. No hay más secreto que ese. Si no entrenas no tienes las papeletas para llevarte el premio. Además, no tienes que dejar de ser tú mismo y saber de dónde vienes y de dónde has salido. Yo tengo los mismos amigos en la primera pelea que en la última. Eso hay que tenerlo muy claro.
Con esta victoria ha conseguido un prestigio inimaginable ¿pero en lo económico ha merecido la pena?
Ahora mismo sí pero hace unas peleas no. Yo tengo mi negocio a la vez que boxeo. El que se piense solo en boxear está equivocado. Tiene que formarse porque yo mañana me lesiono la mano y con lo que he ganado no me da para vivir toda la vida. Yo siempre lo digo. Hay más vida que el boxeo. Hay gente que vive para la boxeo pero yo vivo y hago boxeo. Ahora mismo sólo es una etapa en mi vida.
¿Dónde está el techo de El Niño?
En que la oportunidad que me den aprovecharla. Así una y otra vez hasta ver hasta dónde llego. No me pongo techo ni metas. Quiero ir probando.
¿Se ve como la nueva leyenda del boxeo cántabro?
Me da igual ser una leyenda o no. Yo lo que quiero es aprovechar las oportunidades que me dan. Una leyenda se va creando y se va haciendo. Solo pido que las cosas sigan saliendo como hasta ahora y que sigan surgiendo oportunidades como ésta.
¿Qué tiene el boxeo para que le haya enamorado tanto?
No estoy enamorado de este deporte. Empecé con unas peleas amateur, salieron todas bien y la bola se fue haciendo cada vez más grande, y ya que estamos aquí tenemos que aprovecharlo al máximo. No me levanto a las cuatro de la mañana a ver una pelea ni soy un forofo de este deporte. Yo lo practico, se me da bien y me entreno al cien por cien. Me gusta cualquier otra cosa antes que el boxeo.
¿No le consideran un bicho raro?
Igual sí. No soy el mítico boxeador que ve videos y se sabe al dedillo el nombre de todas las figuras. Yo voy a lo mío. Me dicen que tengo que boxear con tal púgil, lo preparamos y ya está. Me gusta desactivarme porque entreno entre 4 y 5 horas diarias y lo que menos me apetece es hablar de boxeo cuando llego a casa.
¿Cómo ve Sergio García el estado de salud del boxeo cántabro?
La verdad es que está sonando bastante con peleas importantes para que los boxeadores amateur se puedan probar cada mes en una velada. Se están hacieno buenas cosas, la verdad.
¿Por qué el boxeo tiene tanta afición?
La verdad que no lo sé. Igual es que nos están viendo más como deportistas que como matones, como ocurría en el pasado. A ver si poco a poco tenemos más audiencia. La televisión es lo que levanta cualquier deporte.
¿De dónde le viene el apodo de El Niño?
Cuando empecé tenía 16 años y un compañero del gimnasio se lo propuso a mi entrenador y hasta ahora. Aunque tenga 50 años me seguirán llamando así.
¿Cómo es fuera del ring?
Soy una persona normal al que le gusta estar con sus amigos de toda la vida. A la vez, tengo mi negocio de donde también saco mi dinero. Simplemente soy una persona más y no me considero alguien de otro planeta por hacer lo que hago.
¿Están sus padres entre sus incondicionales seguidores?
Mis padres se ponen muy nerviosos, pero desde el primero momento me apoyaron y eso es muy importante para mí. Yo también lo paso mal porque les veo sufrir pero desde el cuadrilátero no les puedo decir que toda va bien. Es parte de este oficio.
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Ana del Castillo
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