Secciones
Servicios
Destacamos
dani busto/M. Varela
Viernes, 23 de junio 2017, 07:36
A ella lo que le gusta es parar penaltis. Con el pelo largo o corto, eso da igual. Y con su nombre, Carla, escrito con letras bien grandes en la camiseta de guardameta. Sin embargo, a la joven, de doce años, la confundieron con un ... chico el pasado fin de semana, durante el partido que su equipo, el Asturias Femenino (integrado por jugadoras de varios clubes del Principado), disputaba contra el Tropezón alevín en un torneo organizado en Ribadeo (Galicia). Según la versión de la madre de la jugadora, el técnico cántabro reclamó a la organización del torneo que había un niño llamado Hugo jugando en un equipo integrado por futbolistas femeninas. Extraña acusación, ya que cualquier equipo de fútbol puede ser mixto en estas edades y categorías.
Asunción Torre, madre de Carla Moolenaar, quien que ya había tenido que soportar durante el partido varios comentarios irrespetuosos que, según asegura, procedían del banquillo del Tropezón.Frases del estilo «entradles duro, que se acojonan». Algo que niega con rotundidad el técnico taniego, Rafa Cicero.
Rafa Cicero, entrenador del tropezón
El entrenador del Tropezón alevín, Rafa Cicero, ha salido al paso de las acusaciones de las que ha sido objeto. «Me siento linchado públicamente. Se me está tratando de agresivo, machista y violento. Tengo hija, mujer, madre, hermana y sobrinas y en la vida he manifestado cualquier gesto machista ni de violencia. Esta noticia, distorsionada, está en los medios nacionales y puedo asegurar que ningún medio, a excepción de este y otro online, me ha llamado para conocer mi versión. Se está reproduciendo una versión y cada publicación degenera más mi persona», se lamenta el técnico.
Respecto a la polémica sobre si protestó por el género de la portera, el entrenador se muestra contundente «No he denunciado nada; sólo pregunté a la organización del torneo si era una chica ante los comentarios que había en la grada. Desafortunadamente, tomé la decisión incorrecta y me dejé llevar por la tensión del momento».
En su opinión el público «malinterpretó mis indicaciones a los chavales, porque fueron unos octavos de final muy tensos. Yo sólo pedía a mis jugadores, como lo hago siempre, concentración, intensidad y presión en todo el campo. Se me ha atribuido una expresión que yo nunca he dicho a mis jugadores».
El entrenador taniego también denuncia insultos de su colega asturiano «En ningún sitio se refleja que durante el partido su entrenador me llamó gilipo-llas en varias ocasiones, pidiéndome disculpas al finalizar el partido. Al mismo tiempo, dos madres se dirigieron hacia mí y me increparon llamándome sinvergüenza y agresivo». Rafa Cicero se consuela con el apoyo recibido
Torre escribió una carta dirigida a la directiva del Tropezón en la que quiso recordar que «al fútbol se juega con las piernas, con la cabeza y con el corazón. No con el sexo. Esos atributos que tanto les gusta mentar durante los partidos». Mientras, desde Santa Ana se admite que se produjeron comentarios durante el partido «que no se tenían que haber dicho». En la misiva, la madre de Carla lamenta no saber «qué es más ofensivo: que pensaran que es un niño porque tiene el pelo corto, que pensaran que es un niño porque es una buena portera o que se atrevieran a plantear su sexo como un posible motivo para presentar una protesta ante la organización del torneo». Sobre este último punto, la directiva taniega también reconoce que «el entrenador se ha podido equivocar, porque según el torneo pueden jugar chicos y chicas juntos, y a lo mejor estuvo mal preguntar si el portero era niño o niña».
Mientras tanto, ajena a la polémica, Carla se toma con buen humor la situación vivida en la competición. Asegura que cuando se enteró se rió «mucho» y le quita importancia, aunque indica que tampoco ve «muy normal» que sucedan este tipo de cosas. Sobre aquel partido, la guardameta explica que no se enteró de lo que sucedía hasta el final: «Oí mucho jaleo en una parte de la grada, donde llamaban a un tal Hugo. Pude mirar un segundo, pero pensé que la cosa no iba conmigo. Nunca me había pasado nada igual».
Es más, la joven se centra en que durante el torneo hizo «bien» su trabajo y se dedicó a «parar bajo palos», dos penaltis incluidos. Lo único que lamenta Carla, que acaba de finalizar sexto de Primaria, es que «no hubiesen pedido disculpas». «Al menos yo cuando me confundo en algo, pido perdón y ya está», añade la guardameta.
El Tropezón destaca que ya se han pedido esas disculpas. Concretamente, la mujer de Cicero. «Ha mandado una carta a la madre de Carla Moolenaar pidiendo disculpas en caso de que se hubiera producido alguna palabra mal sonante», recuerda la directiva. Pese a todo, Carla mantiene intacta su afición y su ilusión por jugar al fútbol, especialmente como portera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.