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Rosa Ruiz
Viernes, 23 de junio 2017, 07:36
Hace diez años Eduardo Alvarado (Miranda de Ebro, 1972) pisó por primera vez los jardines del Palacio de Albaicín de Noja como residente del simposio ... internacional de artistas Sianoja. «Fue una experiencia extraordinaria que me abrió un buen número de puertas y me permitió crecer como pintor», explica. Aunque en esta década nunca se desvinculó del todo de la villa y ha participado en un buen número de exposiciones relacionadas con este festival de arte, ayer volvió al Palacio con la misma ilusión de entonces y con un gran número de ideas en la cabeza. Se trata de uno de los trece artistas seleccionados para participar en una nueva edición de Sianoja, la iniciativa creada y dirigida por Manuel Sáenz-Messía desde hace diecisiete años con el objetivo de reunir en un mismo espacio a artistas de diversos países y de ofrecer la oportunidad al público de seguir su trabajo.
El acto inaugural de la nueva edición del Festival Sianoja estuvo marcado ayer por la «incertidumbre» sobre su futuro. Tal y como señaló su creador y fundador Manuel Sáenz-Messía. «Aunque desde el Ayuntamiento se dice que su intención es que la iniciativa tenga continuidad, lo cierto es que nos han proporcionado mucho menos espacio para los artistas en el Palacio de Albaicín que en ediciones anteriores y la falta de apoyo es manifiesta», señaló.
La foto de la inauguración también fue distinta a la de años anteriores y con la única presencia institucional del concejal de Cultura, Enrique Viadero.
Sáenz-Messía recordó que en el último año se han sucedido las señales sobre la inestable perspectiva que acecha a este foro que en 16 años de vida ha llevado a 200 artistas a Noja. «Así que empezamos una edición con la incertidumbre de sí será o no la última. Pero sí estamos convencidos de que será una gran edición por la calidad de artistas internacionales que hemos reunido. Todos ellos tienen un gran prestigio y sus trabajos enriquecerán, sin duda, la colección de Sianoja».
El edil también asistió a la inauguración de la exposición Pintan Oros de Nacho Zubelzu. Una muestra que se celebra de forma paralela al festival internacional de arte y que parte de un proyecto inspirado en el kintsugi, palabra japonesa que significa arte de hacer bello y fuerte lo frágil. Y lo hace rellenando las grietas de objetos rotos con oro, que adquieren así mayor fortaleza y belleza.
Los participantes que convivirán durante 11 días comenzaron a llegar ayer. Algunos con las ideas muy claras sobre el trabajo que van a realizar estos días y todos ellos con ganas de «empaparse» en un entorno que les servirá de inspiración para la obra. Uno de ellos es Darío Basso (Caracas, 1966). Es pintor, aunque también realiza creaciones con fotografía y acuarela sobre aluminio y PVC e instalaciones en grandes espacios. Se presenta «como buen gallego nacido en Caracas» y asegura que «trabajar al mismo tiempo que otras personas produce una sinergia creativa». Más o menos tiene claro la obra que va a preparar estos días: «Será una pintura relacionada con el mar para la que utilizaré conchas, arena, palos y otros residuos marinos que recoja en la playa», dice.
De Sianoja señala que «es una iniciativa importantísima» y defiende que «la cultura es un medio de reconocimiento y conocimiento entre civilizaciones y los artistas son los verdades embajadores de un país». Por todo esto encuentra que este festival es un verdadero diálogo entre oriente y occidente».
De oriente, precisamente, llega este año una buena representación de artistas. Dos chinos: Jiang Huan y Shixiong Wu y una japonesa Yuko Sugimoto. Está última aprovechó las primeras horas del encuentro para buscar materiales que incluirá en su obra. Con un trozo de musgo en la mano explica que su idea es hacer un collage con telas, maderas, acrílicos, ropas típicas españolas y otros residuos, de ahí el musgo. Esta artista, profesora en la Universidad de Kobe, tiene un gran prestigio en su país. Como el pintor, escultor y ceramista chino Shixiong Wu, que también es presidente del Shenzhen Art Research. Ha llegado a Noja con su hija Deyijia Wu, una joven videoartista que reside en Londres, y que a título personal piensa hacer una obra de toda la experiencia. Shixiong Wu aprovechará su estancia para pintar un cuadro abstracto. Es la primera vez que viaja a España y confiesa estar feliz de poder pisar «la tierra de Goya y de Cervantes».
La joven escultora Soraya Triana (Palencia, 1987) está encantada de convivir durante once días con el resto de participantes en esta edición. Alumna del máster de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, ha sido elegida por los responsables del departamento de escultura como la alumna más destacada. Afirma que llega con un objetivo bien claro: «empaparme del entorno y de las experiencias de todos estos artistas».
Algo que también reivindica la italiana Marisa Coppiano, internacionalmente reconocida por su faceta de arquitecta, artista y diseñadora de espacios, muebles y escenografías. Hace tres años visitó Andalucía y se sintió fascinada con las imágenes de la Virgen que se iba encontrado en pueblos y carreteras. Comenzó a trabajar con ese tema y en Noja preparará un collage muy especial: Una caja de metacrilato con una especie de altar y fotografías suyas como si fuera una de esas vírgenes. «Estoy muy contenta de estar aquí. Creo que Sianoja es una puesta en común de distintas culturas que no estaba dispuesta a perderme».
La única cántabra que vivirá esta residencia desde el primer día es Sandra Suárez Izquierdo. De su trayectoria destacan varios premios, entre ellos el 'A Design Award 2015' y de su obra se separa su tabajo como pintora de sus muchísimas fotos en Instagram. Para ella, la residencia en el Palacio de Albaicín será una gran oportunidad para crecer. «Tanto artísticamente como personalmente», asegura.
De Gijón llega el pintor Ángel Hurtado. Reconoce que tiene muchas ganas de «experimentar el trabajo colectivo» pues está acostumbrada a trabajar en su estudio en soledad. Dice que «a los artistas nos falta hablar entre nosotros y por eso creo que esta experiencia me aportará mucho». En cambio para Dora Piñón, nacida en Cuba y nacionalizada en España, a la oportunidad de sumar ideas le suma «el poder aislarte de las obligaciones durante once días para dejarte llevar por la inspiración del sitio y de los compañeros. Creo que este aislamiento colectivo nos hará vivir momentos mágicos en Noja».
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