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Félix Álvarez
Miércoles, 28 de junio 2017, 09:07
Era el final de una muerte anunciada. El Gobierno Regional de Cantabria, ya sea por celos, por incompetencia, por ausencia de proyectos sólidos, por ignorancia ... como demostró la diputada regionalista y alcaldesa de Comillas, Teresa Noceda, que se atrevió a poner en duda la excelencia del Archivo Lafuente al considerarlo un mero archivo que prácticamente nadie conocía; evidentemente ella no, como supongo que tampoco conozca a Carsten Höller, cuya exposición inaugura el Centro Botín junto a dibujos de Goya, que sí le sonará de un cuadro de franceses fusilando a unos señores en un día de mayo que no sé si será capaz de concretar, por sectarismo, o por alguna otra razón que se me escapa, se ha desmarcado de un proyecto que sólo puede ser positivo, dinamizador y estratégico para Santander y Cantabria.
Lo más sorprendente de esta historia truculenta y digna de un guion de José Luis Cuerda director de películas como El Bosque Animado o Amanece, que no es poco, para conocimiento de la señora Noceda es la indignación del Gobierno Regional cuando el Ayuntamiento de Santander, harto de sentir las zancadillas, decide, valiente y con determinación, asumir el proyecto de la Sede Asociada del Reina Sofía-Archivo Lafuente.
Las pretensiones del Gobierno Regional, en el documento que se entregó al Ayuntamiento, son, desde cualquier punto de vista, una declaración de intenciones para obligar a la alcaldesa de Santander a tomar la decisión, repito, valiente y responsable, que ha tenido que adoptar. No sólo abandona el Gobierno Regional las posiciones y competencias que se habían aceptado, salvo unas «pequeñas alegaciones, poquitas cosas que hay que puntualizar», según declaró Revilla el 25 de noviembre de 2016, sino que además plantea unas exigencias que rayan el descaro y la irresponsabilidad.
Si parecía que habían quedado bien definidos los compromisos que todas las administraciones implicadas tenían que asumir, a saber, por parte del Ministerio de Cultura, a través de su Secretaría de Estado, facilitar y aprobar, dentro de sus competencias, la modificación del uso del Banco de España en favor del Gobierno de Cantabria; por parte del Ayuntamiento licitar y contratar los proyectos museográficos, museológicos y de adecuación del Banco de España para la implantación de la Sede Asociada del Reina Sofía adelantando los 10 millones necesarios para ello; por el lado del Gobierno de Cantabria la devolución de la inversión municipal y la petición al Ministerio de Hacienda del cambio de uso que permita la implantación de este proyecto; y por parte del Reina Sofía el compromiso de traer a Santander exposiciones temporales de sus propios fondos y a albergar el Archivo Lafuente en este edificio. Las nuevas propuestas del Gobierno de Cantabria rompen con todos estos acuerdos para acabar exigiendo el cambio de la titularidad autonómica, que pasa a ser nacional.
De esta manera será el Ministerio el que ponga dinero; eliminando la cláusula que eximía al Reina Sofía de asumir gastos de instalación, mantenimiento o funcionamiento del centro, vamos, que nos presten colecciones y que corra el Reina Sofía con todos los gastos; modificando el compromiso de devolución de la inversión del Ayuntamiento, enviándolo al limbo de la responsabilidad regional de la que no te puedes fiar; y controlando la Comisión Mixta de Seguimiento, que antes presidía la Administración del Estado. En román palandino, que todo el mundo ponga dinero, que todo el mundo tenga responsabilidades, que todo el mundo apriete la pechuga, y ya si eso, la Comisión de Seguimiento la presido yo. El descaro es inasumible.
Es realmente indignante comprobar como un Gobierno trufado, entreverado de inversiones inútiles, inmorales, como rezan varias sentencias judiciales, que ha bañado de millones de euros a proyectos que atufaban fracaso, a empresas que acumulaban pérdidas y que estaban abocadas a su desaparición, a entidades que no aportan ningún valor añadido a la economía arrasada de esta región y que nos mantiene en la cola de todos los indicadores económicos, se niegue a invertir, que no gastar, como es su costumbre, en un proyecto que sólo puede aportarle a Santander y a Cantabria futuro y progreso.
Tras mantener las conversaciones pertinentes, tanto con el secretario de Estado de Cultura, como con la Alcaldesa de Santander, como con el director del Reina Sofía, desde Ciudadanos queremos mostrar, como lo hemos hecho desde el principio, nuestro compromiso y apoyo para seguir avanzando en este proyecto estratégico que no podemos, no debemos y, estamos seguro de ello, no vamos a perder. Porque nosotros, mucho más allá de nuestro ombligo, estamos comprometidos, lo presente quien lo presente y lo encabece quien lo encabece, con todo aquello que mejore la vida de todos y cada uno de los cántabros.
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