Los ciudadanos nos movemos entre la perplejidad y la inaceptable resignación cuando nos acercamos al entorno de la Ría San Martín.
Han pasado más de 8 meses desde que la Mesa de Trabajo frente a la EDAR de Cortiguera, coordinada por el Ayuntamiento de Suances y con representación de entidades políticas, sociales y ambientales, requirió mediante instancia a la Consejería de Desarrollo Rural la declaración de 'Suelo Contaminado' en el espacio de Isla Montii, elegida en primera instancia, por el Ministerio de Transición Ecológica, como ubicación para la nueva EDAR. Esta solicitud se basa en el Informe Kepler, encargado por el citado Ministerio y que revela, con abrumadora claridad, la enorme cantidad de productos químicos tóxicos acumulados durante decenios por una empresa química, con posible afección a la salud de los residentes en el entorno, deteriorando el medio ambiente y poniendo en riesgo el sector turístico de la comarca. La declaración de 'Suelo Contaminado' obliga al inicio de procedimientos de limpieza en el espacio. Precisamente, el Ministerio ya contemplaba la retirada previa de 300.000 m³ de residuos en el Estudio de Impacto Ambiental de esta ubicación, del año 2017.
Solo hemos obtenido el silencio de la administración competente.
Además, sigue sin determinarse por el Ministerio citado la ubicación definitiva de la EDAR que ha de sustituir a la actual con sentencia de derribo, después del fiasco en la designación de Isla Montii y el mantenimiento del peligroso vertedero químico.
Últimamente se baraja la ubicación junto al núcleo vecinal de Cortiguera, creando incertidumbre en los casi 1.000 residentes de la zona. Esta ubicación ocuparía 40.000 m², con el mayor impacto visual de todas, dentro de la línea de protección costera, en terrenos de origen marismal y con el aviso de los técnicos de posibles fenómenos de deslizamiento de ladera. En una zona de interés paisajístico, según el POL. En suelo no urbanizable, calificado de Protección por Riesgos y en suelo rústico de especial protección costera. En uno de los espacios con mayor diversidad biológica de toda la ría. Desdeñando los terrenos degradados de Isla Montii, cuya ubicación de la EDAR supondría la limpieza y recuperación de ese entorno.
Se necesita articular medidas para mejorar la gestión del saneamiento en las cuencas del Saja-Besaya, optimizando procedimientos y avanzando hacia la economía circular. Así lo solicitaron nuestros colectivos a la Consejería citada mediante instancia en abril de este año, aún sin respuesta. Persistiendo vertidos que venimos denunciando desde 2017.
Seguimos sin un plan para, en una primera fase, contener la propagación de especies vegetales invasoras, como el plumero, la chilca y el bambú japonés, con una propagación explosiva en el entorno de la ría y posteriormente reducir el espacio afectado. A pesar de haber remitido un extenso informe a la administración local y regional en junio de 2018.
Valorando la gravedad de situar esta problemática en el contexto de los desastrosos efectos del cambio climático, que ya estamos padeciendo y que las administraciones tienen la responsabilidad de mitigar, garantizando la salud y seguridad de los ciudadanos y la necesaria protección al medio ambiente.
De todo lo anterior se concluye la incomprensible pasividad y desinterés manifestada por las administraciones regional y nacional sobre la emblemática ría San Martín, una de las más importantes de Cantabria y la única que no dispone a día de hoy de ninguna figura de protección.
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