25 de abril: Día mundial del ADN
Lo que hoy todos conocemos por sus siglas significó para la ciencia una auténtica revolución: marcó un cambio definitivo en el conocimiento y la investigación
Martes, 25 de abril 2023, 07:16
Secciones
Servicios
Destacamos
Martes, 25 de abril 2023, 07:16
Hace setenta años, el 25 de abril de 1953 en la revista Nature, los investigadores James Watson y Francis Crick daban a conocer la estructura molecular del ácido desoxirribonucleico. Lo que hoy todos conocemos por sus siglas: ADN, significó para la ciencia una auténtica revolución: ... marcó un cambio definitivo en el conocimiento y la investigación de la transmisión del código genético de una a otra generación.
Desde el año 2003, por iniciativa del Congreso de los Estados Unidos, al cumplirse el cincuentenario de la publicación del descubrimiento, conmemoramos el día en que se mostró al mundo aquella doble hélice, como una doble escalera de caracol cuyos peldaños están unidos por las bases nitrogenadas. La molécula del ADN ya había sido encontrada en 1869 por Miescher, biólogo en la universidad de Tubinga, pero en la estructura descrita por Watson y Crick estaba la clave de la información para el funcionamiento y la existencia de los seres vivos, así como la determinación de la herencia genética de padres a hijos. Desde aquella incipiente y desconocida genética, que levantaría más de un dolor de cabeza al padre agustino Gregorio Mendel en su pequeño huerto de Brno, cien años después daba comienzo la genética molecular.
Por su descubrimiento, el físico Francis Crick (1916-2004) y el biólogo James D. Watson (1928) recibieron el premio Nobel de Medicina o Fisiología del año 1962, compartido también con Maurice Wilkins (1916-2004), físico neozelandés. Crick, británico, nacido cerca de Northampton, y Watson, norteamericano, nacido en Chicago (IL), trabajaban en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, pero la idea de una estructura helicoidal del ADN le fue proporcionada a los investigadores por Rosalind Franklin (1920-1958), una química experta en técnicas de difracción de rayos X. Sus fotografías dieron la pista para elaborar el modelo más adecuado y disiparon las vacilaciones y titubeos: la doble hélice era una realidad.
La concesión de este Nobel no estuvo exenta de polémica: Rosalind Franklin fue la gran ausente. Wilkins trabajaba con ella en el King's College de Londres y fue acusado de apropiarse de las fotografías realizadas por su compañera para dárselas a Watson y Crick, quienes las publicaron después sin autorización de su autora. Enferma grave por un cáncer de ovario, murió con 37 años. Ni la rúbrica de sus trabajos, ni su nombre fueron mencionados en publicaciones o discursos de los premiados por el Nobel cuatro años después. Menos mal que la historia de la ciencia la ha eternizado.
Nada queda oculto en la vida de los científicos, buscadores de la verdad. Como humanos viven en un mundo de honores, premios y alabanzas, pero a la vez rodeados de envidias, celos, orgullo, soberbia y sinsabores. Humanidad pura y dura en la que tampoco falta ternura y candidez.
Gracias al ilustre profesor y académico Sánchez Ron, científico y miembro de la RAE, tuve la oportunidad de leer en uno de sus últimos libros: 'Querido Isaac, querido Albert', parte de la carta que Francis Crick enviaba a su hijo Michael, de 13 años, en la que le explicaba con sencillez lo que habían descubierto e iban a publicar a fines de abril en Nature:
«Mi querido Michael:
Jim Watson y yo hemos hecho probablemente un descubrimiento muy importante. Hemos construido un modelo para la estructura del ácido desoxirribonucleico (léelo con cuidado), abreviado ADN. Recordarás que los genes de los cromosomas —que transportan los factores de la herencia— están formados por proteínas y ADN.
Nuestra estructura es muy bella. Se puede pensar en el ADN aproximadamente como una cadena muy larga con puntas planas que salen de ella. Las puntas planas se llaman «bases».
Con un dibujo acompaña las explicaciones para indicar que el ADN es un código, en el que las bases determinan las diferencias entre los genes, así como una página difiere de otra. Y concluía:
«En otras palabras, pensamos que hemos encontrado el mecanismo básico de copiado mediante el cual la vida procede de la vida. […] Puedes comprender que estamos muy excitados. Tenemos que enviar una carta a Nature dentro de un día o así. Lee esto con cuidado de forma que lo comprendas. Cuando vengas a casa te mostraré el modelo.
Con mucho amor, PAPÁ»
La transcripción no es completa, ni tampoco la publica en el libro pues la carta manuscrita, advierte Sánchez Ron, ocupa siete páginas. Lo que si añade el autor es que el día 10 de abril de 2013 fue subastada en Christie's de Nueva York y adquirida por más de 6 millones de dólares. También la sencillez y la ternura tienen un precio. Creo que éste es un bonito recuerdo para conmemorar el Día Mundial del ADN.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.