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Adiós a los Capuchinos

Se van de Santander por falta de vocaciones y el vacío que dejan lo quiero llenar de cariño y agradecimiento

Lunes, 6 de septiembre 2021, 07:16

Se van los Capuchinos de Santander por falta de vocaciones, y el vacío que dejan lo quiero llenar de cariño y agradecimiento. Desenvuelvo la caja del recuerdo, que no me falla y viene muy bien en estos momentos.

En un principio se les ... llamó los 'Padrucos'. Me veo corriendo por la calle Castelar, y es que a lo lejos aparece el padre Serafín o el padre Laureano de las Muñecas, y las niñas de entonces corríamos para besar el cordón de los padres Capuchinos. Además de las indulgencias, el padre Laureano tenía para nosotras el prestigio de un apellido que entraba en nuestros sueños como si hubieran llegado los Reyes Magos. Su sonrisa le acompañaba siempre. Nos quería a todas las niñas de Castelar, y no era más que una respuesta a una acogida especial. Decíamos: «Por ahí viene el padre de las Muñecas», y corríamos igual que si se tratara de un miembro de la familia. Supongo que los niños también captaban su simpatía y su santidad, porque el capuchino siempre avanzaba rodeado de los castelarienses que habíamos dejado de jugar.

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