Adiós a un viejo socialista

Blanco ejerció su liderazgo en la época más esplendorosa del PSOE, cuando con Felipe González al mando se disparaba hasta los 202 diputados en el Congreso y cuando en Cantabria el partido incluso ganaba las elecciones hasta con 16 escaños en el Parlamento, el triple de los que tuvo más tarde. Le gustaba recordar que en su etapa el PSOE mantuvo a raya al PRC de Revilla, que sólo tenía unos pocos diputados en el Parlamento. Luego, la relación personal entre ambos políticos ha sido excelente.

Jaime Blanco era un viejo socialista en el mejor sentido del término, de los que hoy en día se echan tanto en falta. Tan firme hasta el final en sus convicciones socialdemócratas y en la lealtad al partido como en su patriotismo sin complejos, en la defensa de la Transición que trajo la concordia y el progreso, de la unidad de España, de la monarquía parlamentaria y de las instituciones nacionales y autonómicas.

Todo el PSOE de Cantabria, incluso los sectores menos afines a su figura y trayectoria, han despedido con afecto, respeto y reconocimiento a su histórico secretario general. También sus adversarios políticos y toda la sociedad cántabra han ponderado con justicia la altura política, la coherencia y la integridad de Jaime Blanco. Descanse en paz.