Desigualdad, pobreza y hambre

Al final, explicar las situaciones de pobreza y hambre, insistiendo siempre en causas como la escasa productividad, la falta de inversión, la corrupción de gobernantes o la falta de educación de las comunidades, es no tener suficientemente en cuenta que la pobreza y el hambre responden ante todo a una desigualdad que permea todas las sociedades y que, por tanto, debe abordarse de manera global. La persistencia del hambre y la pobreza es una cuestión de falta de justicia, que se debe a la inequidad en el acceso a los bienes, a la explotación de unas personas por otras y unos países por otros, a la insolidaridad personal y colectiva y al mantenimiento de estructuras económicas-políticas que mantienen las cosas como están.

Con la nueva campaña de Manos Unidas 'Frenar la desigualdad está en tus manos', se insiste una vez más en que somos una sola humanidad, una sola casa común, y en que, desde esta concepción de la realidad, no podemos ser indiferentes a la exclusión, al hambre y a la pobreza que hace indigna la vida de tantos millones de personas. La respuesta solo debiera ser una, y el cuándo es ahora. Está en nuestras manos actuar, no en las justificaciones individuales o sociales. Frenar la desiguladad está en nuestras manos.