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Cuentan que un guardia de cortijo sevillano, el tío Pinto, se jactaba en una taberna de haber visto y espantado, él solito, a un centenar de lobos en una sola mañana de invierno. Comoquiera que los 'parroquianos' del bar del pueblo acogieron la afirmación con ... escepticismo, e incluso con guasa, el tío Pinto rebajó la cifra a cincuenta. Como las risas seguían, rebajó la cantidad a veinticinco, luego a diez…Los incrédulos oyentes le decían: «Ya serán menos lobos, tío Pinto», hasta que al fin confesó que sólo había distinguido con claridad a uno, y además de lejos.
La expresión se utiliza para afear la actitud de quien exagera de manera obvia y desmesurada, cayendo en el embuste. Recientemente he visto en la tele la película 'As bestas', y aunque basada en un hecho real, no me gustó nada la imagen que se da del mundo rural. Es muy cruel; se han quedado sin escuelas, sin maestros, sin curas, y en muchos sitios, hasta sin centros de salud próximos, ni bares les quedan, y ahora tienen que aguantar pinturas más negras que las de Goya. Como si la despoblación llevara consigo, ruindad y violencia sin parangón.
Donde hay hombres, hay personas capaces de lo mejor y de lo peor, posiblemente en entornos más despoblados sea más fácil fijarse en conductas anómales que en el anonimato inherente a la gran ciudad. Proveniente de ese mundo, recuerdo y atesoro gestos y actitudes hermosas, por ello he de decir a los que mal retratan el mundo rural y a sus gentes, que, «menos lobos, tío Pinto», «que en todos los sitios cuecen habas», y en las grandes ciudades, a calderadas.
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