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Desde aquí, me solidarizo con el pueblo de Valencia y con su sufrimiento. Me solidarizo con quienes han sufrido pérdidas y ofrezco mi apoyo a todos los equipos que trabajan para restablecer la salud y la seguridad en la comunidad. La resiliencia y la solidaridad ... son fundamentales en estos momentos difíciles. Pero si constato que la naturaleza no distingue entre ricos y pobres, también constato que lo que si constituye una novedad es vivir catástrofes naturales en la era de las redes sociales. Gracias a ellas, toda España se ha volcado para ayudar a los pueblos valencianos. Pero por el contrario, por culpa de ellas, la polarización ha emergido con fuerza y rabia ocupando demasiado tiempo y energía.Por otro lado también me sorprende la polémica surgida en las mismas redes, sobre cómo visten los curas jóvenes, (con sotana y alzacuellos) mientras colaboran con los jóvenes de su parroquia, pala en mano, quitando barro de las calles inundadas. Igual la ocasión es buena para replantear que lo importante no es cómo se viste, sino cómo se vive el Evangelio en medio del sufrimiento. Otra reflexión es salir de si la culpa la tienen unos u otros, para centrarse en que las cosas podrían haberse hecho mejor y desde ahí, mejorar la estrategia por si una desgracia así vuelve a suceder. También con v de Valencia, se escriben las palabras valor o valentía de los policías, bomberos, sanitarios o militares. Y con v de Valencia se escribe voluntarios, donaciones voluntarias, porque cuando todo se hunde no hay barreras, solo existen personas que sufren y la voluntad (también con v de Valencia) de ayudar con todo el corazón.
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