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Hasta la generalización del automóvil en España en los años sesenta y setenta, el modo de viajar era el ferrocarril. Los viajes duraban mucho, por ... supuesto, en función de nuestros destinos, pero disfrutábamos viendo el paisaje a través de la ventanilla. Cuando los viajes los realizábamos por la noche, como solíamos hacer desde Torrelavega cuando nos proponíamos ir a Madrid desde la Estación del Norte en el Correo, evidentemente no. Sin embargo, cómo disfrutábamos al amanecer viendo los alrededores de la capital y los grandes carteles en los que se indicaba que allí se rodó '55 días en Pekín' y veíamos a lo lejos el Valle de los Caídos. Más cansancio producía el viaje hacia el este en los trenes de la FEVE. Recuerdo uno interminable hasta San Sebastián. No volví a hacerlo. Ahora Aída Herreros nos propone acercarnos al interior de nuestra comunidad utilizando el tren como medio de transporte. Realmente su sugerencia es combinar el traslado en ferrocarril con las rutas a pie. Nos anima a ello en su libro recientemente publicado 'Diario de una viajera en un tren de cercanías'. Partiendo de Santander, de este a oeste, de norte a sur, con su block, mochila, chubasquero y un tentempié nos propone diferentes rutas realizables en un día.

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eldiariomontanes Aída Herreros, viajera