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Una quimera, quizás sea eso. O no. Es evidente que las mujeres no hemos conocido mejor era que la actual (al menos en el mundo occidental). Es evidente que nunca hemos tenido los derechos (luchados) que poseemos y las oportunidades que agarramos por la pechera ... sin querer soltar. Lo que no resulta tan evidente es que esos derechos hayan llegado para quedarse, que no exista vuelta atrás y que el cansancio (evidenciado por múltiples estudios y encuestas lacerantes) no derive en una vuelta a aquello que tan solo hemos llegado a rozar con la punta de los dedos. No es gratuito que el lenguaje que no nos menciona sea ensalzado en contra de lo que debiera ser la norma: reconocer a la mitad de la población. No es gratuito que una parte de la juventud no detecte el machismo imperante en conductas cotidianas y que nos tachen de cansinas o aburridas a quienes luchamos porque la vida sea más justa y solidaria.
Pero, hablando con sinceridad, es totalmente comprensible que los hombres de este mundo sientan temblar el privilegio que les ha acompañado desde antes de que nacieran y vean que la 'cosa de la igualdad' ha llegado demasiado lejos. Quiero pensar que si fuera hombre vería la injusticia de mis prebendas, pero, lamentablemente, seguro que no sería así. Al igual que doy por sentado el agua cuando abro el grifo o el calor al encender la lumbre. Lo que se asienta, se da por válido; lo que se asienta, se da por institución. El feminismo no llegó para mejorar la vida de los hombres, el feminismo llegó para acabar con la injusticia de la desigualdad que sufrimos las mujeres. Al igual que la eliminación de la esclavitud no llegó para enriquecer la vida de quienes explotaban, sino para liberar a seres humanos del yugo de la privación de libertad.
Aun de este modo, siendo hombre, es difícil mantener el tipo dentro de los estrechos márgenes que marca la masculinidad hegemónica; es difícil tener que ser un tipo duro 24/7 sin sentir el juicio latente cuando te desvías del camino en cada mirada acostumbrada a 'lo normal'.
Así que quizás sí, quizás el feminismo sí que vino para mejorar las vidas, la convivencia y para que, también, como dice la canción «los hombres de este mundo podáis llorar bien tranquilos».
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