Administraciones eficientes

Es claro que toda actividad precisa de la adecuada regulación, pero cuando ésta se convierte en la razón de ser del sistema, por encima del cumplimiento de los objetivos para la que fue creada y sin consideración alguna a los ciudadanos a los que estaba destinada, se acaba convirtiendo en un lastre y en un elemento entorpecedor del fin primordial de toda Administración, cuál es el mejor servicio al ciudadano.

Por ello, el proyecto de simplificación administrativa presentado por el Gobierno de Cantabria es el camino a seguir, por lo que sería razonable que todos los grupos políticos, y muy principalmente aquellos que tienen presencia en nuestro Parlamento, en base a sus propias propuestas profundizasen en las medidas ya presentadas así como en aquellas que puedan surgir en su discusión que permitan mejorar aún más los objetivos propuestos.

A ello no debiéramos ser ajenos el resto de los ciudadanos para lo que a través de los colegios profesionales, entidades culturales, económicas y sociales en general, debiéramos participar activamente, con nuestras propuestas, a tarea tan importante como positiva para todos. A tal efecto la Asociación Foramontanos Siglo XXI aportó en su momento sus ideas al proyecto del Gobierno, algunas de las cuales fueron recogidas por el mismo e integradas en el proyecto de ley enviado al Parlamento mientras que otras, aunque rechazadas, seguro que servirán para enriquecer el debate que se produzca en el mismo.

El camino iniciado por el Gobierno de nuestra comunidad debiera ser seguido también por todos y cada uno de nuestros ayuntamientos, pues muchas son las actividades que corresponden a los mismos y que inciden directamente en la vida diaria de los ciudadanos que en ellos vivimos. La simplificación de los trámites precisos y la comunicación por parte de las distintas administraciones a cada interesado de aquello que en cada caso corresponde hacer –lo que actualmente, con la informatización existente a todos los niveles es más que factible– puede ser una ayuda realmente importante que los ciudadanos agradeceríamos sinceramente, pues tan importante como reducir les exigencias innecesarias a los ciudadanos por parte de las distintas administraciones es facilitar a los mismos la información adecuada que facilite su gestión ante las mismas.

Sirva como ejemplo el impuesto municipal de vehículos, el cual, cuando el coche cumple 25 años parece ser que queda exento del mismo, pero si no lo solicita el interesado ante el Ayuntamiento correspondiente, muchos de ellos, sino todos, lo siguen cobrando. ¿Sería igual si a partir de esa fecha cobrasen un suplemento? Seguro que lo comunicarían de inmediato. ¿Por qué no anulan de oficio dicho impuesto y comunican al interesado que a partir de esa fecha dejarán de cargárselo en su cuenta? Desde luego los ciudadanos afectados lo agradecerían y no se enfadarían, como ocurre actualmente, cuando se enteran que han estado pagando una serie de años un impuesto que ya no les correspondía.

Otro ejemplo, en este caso de la Administración central, podría ser la comunicación por parte de la Seguridad Social a las familias que contratan empleadas o empleados de hogar de la parte que durante ese año corresponde pagar a los empleados y la que corresponde al propio empleador, ya que al hacerse el cargo directamente en la cuenta de éste de forma total y sin especificar las cantidades que debe aplicarse a uno y otro, la única forma que tiene la familia de conocer tal desglose es preguntando directamente en las oficinas del Instituto de la Seguridad Social donde, eso si, es seguro que un funcionario le proporcionará el desglose correspondiente en base al cargo mensual que le hagan en su banco.

La informatización de los procedimientos administrativos que permitan presentar todas las solicitudes y documentos precisos vía internet y que los interesados puedan hacer un seguimiento continuado y puntual de sus expedientes es una buena solución, pero ello no debe implicar, ni mucho menos, la eliminación del contacto personal con los correspondientes funcionarios, sino que unos y otros deben convivir, pues ambos son convenientes y necesarios, ya que muchos ciudadanos pueden querer, o necesitar, recurrir a un funcionario para que le haga la pertinente gestión por internet, cosa que dado su conocimiento y práctica puede hacer de forma correcta y en muy corto tiempo, mientras que al ciudadano, y más aún los que por edad no están muy hábiles en tales técnicas, les puede resultar muy difícil cuando no imposible.

Muchas son las posibilidades que existen de mejora para nuestras administraciones, lo que seguro todos los ciudadanos agradeceríamos muy sinceramente al comprobar que los recursos que ponemos a su servicio, tanto humanos como materiales, son empleados de la forma más eficaz y eficiente posible.