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El próximo domingo, 8 de los corrientes, se cumplirán cincuenta años de la inauguración oficial, por el entonces Ministro de Trabajo, Licinio de la Fuente, del Centro de Higiene y Seguridad del Trabajo, por aquellas fechas integrado en el Ministerio de Trabajo y hoy transferido ... al Gobierno de Cantabria. Para ello fue decisivo el hecho de que la Mutua Montañesa, a la sazón presidida por David García Nuevo y dirigida por Julio Bartolomé Lanuza, y aplicando el ochenta por ciento de sus excedentes –que eran muy importantes gracias a la magnífica gestión realizada por sus dirigentes y al buen hacer de sus trabajadores–, estuviese construyendo en el Sardinero, en un lugar privilegiado de la Avda del Faro, un hospital y un centro de rehabilitación. Un centro al que dieron el nombre de Ramon Negrete, en el que atender a los trabajadores que habiendo sufrido un accidente de trabajo precisaran ser tratados de las secuelas del mismo. El proyecto y dirección fue encargado a los arquitectos Emilio de la Torriente Castro y Ángel Hernández Morales, quienes realizaron un extraordinario trabajo, tanto por las características externas del edificio y su encaje en la zona donde se construyó como por las instalaciones tanto hospitalarias y de rehabilitación con que está dotado. Aquello permitió que tales excedentes dinerarios quedasen en nuestra Comunidad en vez de que fuesen a la caja común de la Seguridad Social para su uso en otro lugar y razón de ser de que tal edificio fuese, por ello, propiedad de la citada Seguridad Social.
Tal circunstancia permitió que, cuando el Ministerio de Trabajo aprobó en marzo de 1971 el Plan Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo, y gracias a la altura de miras de los dirigentes de la citada Mutua, mediante un acuerdo con el citado Ministerio, nuestra región pudiese contar con el primero de los centros que dedicados a esa actividad preventiva se iban a extender posteriormente por toda España al aceptar instalar el mismo en una parte del nuevo edificio, y hacer frente con cargo a los excedentes anteriormente indicados, no solo a la obra precisa para su adaptación a la nueva función si no también a todo su aparataje e instrumental, lo que permitió dotar al mismo con las técnicas más modernas del momento.
En base al acuerdo anteriormente citado, a finales de 1971 pudieron iniciarse las obras precisas para la ubicación del nuevo centro, el cual, como se ha dicho anteriormente, iba a ser el primero de los construidos siguiendo lo previsto en el Plan Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Plan que, impulsado y dirigido por el Dr. José González de la Puerta, permitió construir una red de centros similares por toda España, siguiendo para ello en gran medida el modelo diseñado y puesto en funcionamiento en nuestra ciudad, y que quien ésto escribe tuvo el honor de dirigir desde sus inicios hasta 1986. El centro de referencia tenía como función prestar asesoramiento técnico y realizar los reconocimientos médicos precisos a los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas que hasta ese momento carecían de tal apoyo, ya que tales funciones sólo se realizaban en las grandes empresas que estaban dotadas del correspondiente servicio médico de empresa y, en su caso, de un servicio técnico de prevención de accidentes. Para ello contaba con un Servicio de Seguridad, encargado de asesorar a las empresas mediante visitas periódicas de sus técnicos para detectar y proponer las correcciones oportunas de los riesgos de accidentes que cada una de ellas tuvieran, formando a tal fin a los trabajadores y a los propios empresarios. Igualmente contaba con un Servicio de Higiene Industrial para realizar los análisis ambientales que fueren necesarios –con un laboratorio con las técnicas más modernas del momento– y técnicos especializados para detectar y corregir los problemas ambientales que cada centro de trabajo pudiera tener. Junto a los dos servicios citados el centro contaba con un Servicio Médico encargado de realizar los reconocimientos a los trabajadores que carecían de tal servicio en su empresa –que salvo las muy grandes eran todas– así como de una Unidad de Psicología y de los servicios administrativos complementarios.
El centro, desde sus inicios, dio frutos importantes para nuestros trabajadores, pues mientras hasta 1972 hubo en nuestra región un aumento continuo de accidentes laborales con baja, hasta alcanzar en dicho año un total de 16.314, a partir de dicha fecha se fue reduciendo hasta alcanzar en 1986 un total de 6.125. A la vez, los trabajadores bajo control de posibles enfermedades profesionales abarcaba prácticamente el total de quienes estaban sometidos a tales riesgos y, muy importante, ayudó a crear una creciente conciencia prevencionista no sólo en el ámbito laboral si no también en toda la sociedad en general.
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