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En un artículo publicado en este mismo periódico el pasado 20 de octubre hablaba del interés de ubicar las sedes de la Presidencia del Gobierno de Cantabria y la del Tribunal Superior de Justicia, como cabezas que son del poder ejecutivo y judicial, en sendos ... edificios representativos y fácilmente identificables.
Santander no cuenta con gran número de edificios de suficiente importancia y representatividad para albergar tales instituciones, por lo que la tarea no es precisamente fácil, razón por la que parece conveniente que los pocos que existen, y que estén disponibles, les utilicemos de la forma más adecuada posible.
Dentro de esta política de recuperar edificios singulares es de agradecer que el Banco de Santander haya decidido destinar su sede del Paseo de Pereda a realizar en él un gran museo, el Faro Santander, al que traerá su gran colección de obras de arte, y que en paralelo instale su sede regional en el bonito y representativo edificio que durante muchos años albergó al Banesto y a Electra de Viesgo. Para ello ha hecho una rehabilitación integral que ha dejado tal edificio realmente espectacular, en el que lo único que se echa en falta son las magníficas águilas que coronaban las torres del mismo y que hace ya años, cuando aún era propiedad del Banesto, fueron desmontadas, según parece porque una de ellas había sufrido algún desperfecto, y ya nunca más volvieron a su lugar. Es una pena que tras la magnífica rehabilitación del edificio ahora realizada tales águilas no vuelvan a lucir en lo alto del mismo, pues ello le daría un aspecto aún más espectacular.
La rehabilitación del edificio del antiguo Banco de España para sede de un museo asociado al Reina Sofía y del Archivo Lafuente, próximo como queda de la catedral, del Centro Botín y del Faro Santander, hace que tal área de nuestra ciudad adquiera una importancia, en lo que al arte se refiere, realmente importante. Conjunto museístico que quedará flanqueado, por una parte, por el Museo de Prehistoria que se construirá en Puertochico y, por la otra, por el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo situado junto a la Biblioteca Menéndez Pelayo. Un núcleo de arte realmente importante que seguro servirá para atraer a nuestra ciudad un turismo de calidad y por ello generador de riqueza para nuestra Comunidad.
Dentro del área de referencia hay un edificio que por sus características y su magnífica ubicación merecería un destino más importante del que ahora tiene. Me refiero al edificio de correos, un edificio de estilo regionalista montañes de principios del siglo XX, el cual ha cumplido durante muchos años una importante función en nuestra ciudad como sede principal de correos, pero que por las actividades que la empresa realiza actualmente y, sobre todo, por la evolución que su plan de negocio está sufriendo de cara al futuro, precisa de instalaciones muy diferentes del edificio actual, ya que las funciones actualmente desarrolladas en el mismo pueden ser realizadas en los bajos de cualquier edificio, de igual manera que ya lo hace en el resto de sus oficinas situadas en distintas áreas de la ciudad. Diversas han sido las propuestas que para este edificio se han hecho en varias ocasiones, desde dedicarlo a parador de turismo hasta a ampliar el museo previsto en el antiguo Banco de España, con el que se podría comunicar mediante una conexión subterránea que uniera ambos edificios. Dentro de este mismo campo un destino posible pudiera ser la de dedicarlo a sede de un museo en el que se ubicasen en él, de forma exclusiva, los artistas cántabros –de los que nuestra región ha tenido, y afortunadamente sigue teniendo, una nómina muy extensa– y en el que además de su colección permanente se realizasen exposiciones temporales de tales artistas, para lo que seguro muchos serían los cántabros, poseedores de sus obras, que las prestarían para tales exposiciones, a las que habría que sumar, lógicamente, otras de las que tales autores, o sus herederos, tuviesen en propiedad, además de las que para tales ocasiones cediesen los museos nacionales o extranjeros.
Santander, al no contar con un número significativo de edificios de especial relevancia, debe aprovechar los pocos de los que dispone bien sea para una función cultural, como las expuestas anteriormente, o para ubicar en ellos a cualquiera de nuestras instituciones que actualmente carezcan de una sede independiente y representativa, de las que ejemplos hemos puesto anteriormente. Claro, que para eso lo primero es que el Gobierno de Cantabria o el Ayuntamiento se hiciesen en propiedad con el edificio de referencia, tal y como instituciones análogas han hecho ya en otras muchas ciudades.
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