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La crisis padecida como consecuencia del covid-19 puso de manifiesto las carencias de nuestro país, y también de otros muchos países occidentales, de una base industrial adecuada al haber cedido ésta a países asiáticos en los que se fabrican la mayor parte de los ... elementos que precisamos en nuestra vida diaria y que luego, aquí, nos limitamos a ensamblar y poner a la venta.
No es la primera vez que he hecho referencia, a través de estas páginas, a la necesidad de potenciar y dar el valor que merece al sector industrial en nuestra Comunidad Autónoma y así, en marzo del 2020, exponía que «si queremos tener una región pujante y con futuro, con puestos de trabajo fijos y alto nivel salarial, es fundamental la industrialización de Cantabria», sin que ello signifique, añado ahora, dejar a un lado otros aspectos de la economía, desde el sector primario de nuestra ganadería y agricultura al sector terciario de un turismo de alto valor añadido o desde una sanidad de excelencia a un sistema universitario en el que la investigación sea un elemento fundamental del mismo.
Para ello es necesario la elaboración de un programa serio y consensuado en el que participen y se integren desde los partidos políticos a los colegios profesionales, desde la universidad a los centros de formación profesional, desde la patronal a los sindicatos y desde luego el Gobierno de Cantabria como catalizador de los intereses e ideas de unos y otros. Un programa en el que como primera medida figure el compromiso de estructurar una administración regional ampliamente competitiva para que la misma responda de forma ágil y eficiente a las demandas que a ella se planteen. Una administración, por tanto, en la que se simplifiquen y agilicen los trámites burocráticos. Una administración que pase de la voracidad recaudatoria a una fiscalidad atrayente para las empresas. En definitiva, una administración que sea un motor y no un freno, una ayuda y no una rémora, un colaborador para la consecución de nuevas empresas y desarrollo de las existentes y no un obstáculo.
Atraer nuevas empresas a Cantabria debe ser, por ello, una tarea primordial, como primordial es intentar conservar y potenciar las ya existentes, objetivo éste para lo que es fundamental disponer de energía abundante y barata. Una energía que debemos intentar producir en nuestra región, evitando los costes que su transporte supone, lo que pasa por facilitar la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos, en vez de poner trabas y dificultades a los mismos, más allá, lógicamente, de lograr el deseable equilibrio entre dichas instalaciones y la conservación del medio ambiente, para lo que al estudio de las posibles ubicaciones de tales parques debiera dedicar el Gobierno regional todos los medios que ello precisa. Energías renovables que en nuestra Comunidad cuentan con la ventaja que supone su posible almacenamiento una vez se realice el gran proyecto de bombeo de Aguayo, obra que posibilitará que el exceso de producción de energía en horas en que por abundante sol y viento se genere más que lo que se consuma aquella se utilice para subir el agua hasta el nivel superior y utilizar la misma, haciéndola descender produciendo electricidad, cuando la demanda de ésta sea superior a la generada en ese momento. Este sistema de bombeo de agua puede complementarse con la generación de hidrógeno, para lo que la planta que se anuncia en las antiguas instalaciones de Sniace es una magnífica noticia. Lo anterior, junto a cualquier otra forma posible de generación de energía renovable, debe ser un objetivo fundamental a tener en cuenta si queremos disponer de una industria fuerte y de futuro, pues contar con energía abundante y barata, por ser uno de los elementos importantes que entran en la ecuación de los costes de producción industrial, puede ser decisiva a la hora de localizar, o deslocalizar, una industria en nuestra región.
Naturalmente atraer industrias a nuestra región no significa cualquier tipo de industria, pues algunas de ellas, por sus características, pudieran suponer más una rémora que una ventaja, por lo que hay que intentar buscar esas empresas que por su avanzada tecnología suponen la creación de gran número de puestos de trabajo de alto nivel técnico y que a su vez generan una actividad a su alrededor de gran intensidad y alto valor añadido. Pero las empresas, como cualquier otra actividad, no caen del cielo, sino que hay que buscarlas, ofrecerlas incentivos, organizar áreas adecuadas para su instalación, en definitiva, favorecer todo el proceso que la creación, instalación y crecimiento de una nueva empresa supone, pues los incentivos económicos que hoy las proporcionemos nos serán devueltos, multiplicados por muchos enteros, por los impuestos que las mismas y sus trabajadores nos proporcionarán en el futuro.
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