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Con frecuencia podemos observar como muchos negocios, antes florecientes y muy sólidos, van desapareciendo, consecuencia de que varían nuestras costumbres o simplemente porque la tecnología permite elaborar ese producto que antes era algo especial y que ahora otros comercios lo pueden integrar como un elemento ... más del mismo. Las panaderías podrían ser un buen ejemplo de lo expuesto, ya que las mismas, antes dedicadas en exclusiva a la venta del pan que ellas mismas elaboraban diariamente, han evolucionado, más bien podríamos decir se han reinventado, hasta el punto de que nada tienen que ver los renovados establecimientos actuales con los antiguos, muchos de los cuales, al no evolucionar, han desaparecido o están abocados a ello.
Esta técnica adaptativa bien podría aplicarse a algunas actividades que vienen realizando nuestras empresas públicas y que las circunstancias que indujeron su creación han ido cambiando hasta llevar a las mismas a una situación que las hace de difícil gestión, cuando no ya innecesarias. Es el caso de la estación de esquí de Brañavieja, la cual, por el cambio climático que afecta a nuestro país, cada año tiene más dificultades para su funcionamiento, dado que la nieve cada vez aparece más tarde y en menor cantidad, por lo que la función para la que fue creada cada año encuentra más dificultades y la rentabilidad que las amplias instalaciones con las que está dotada, tanto de carácter público como por las viviendas particulares existentes en su poblado, cada vez es menor, hasta que pueda llegar un día en que toda ella se vea abocada al cierre. Sin embargo, y de ahí el ejemplo de las panaderías, lo lógico sería que tal estación, ahora dedicada en exclusiva durante la época invernal al esquí, pudiera reinventarse y conseguir, en una nueva vida, sus objetivos durante todo el año.
En un artículo publicado en este mismo periódico, en abril de 2015, quien esto escribe, decía: «Es preciso tener en cuenta que un conjunto de instalaciones como las que ya existen en Brañavieja solamente adquieren virtualidad para actuar como motor de la propia zona donde están instaladas cuando alcanzan una masa critica suficiente para que en cualquier periodo del año los propietarios del complejo, así como los visitantes del mismo y de sus instalaciones hoteleras, puedan realizar actividades deportivas y/o de ocio variadas, siendo fundamental a tal fin que todos, y especialmente los niños y los jóvenes, tengan posibilidades reales de numerosas practicas deportivas y de entretenimiento, que haga atractiva su estancia en el complejo». Nuevamente en agosto del 2021 decía: «Es conveniente tener en cuenta que en áreas de vacaciones los hoteles no solo ofrecen una habitación para dormir y servicios de restauración para comer sino que complementan los mismos con piscinas cubiertas, spas para tratamiento con agua, masajes, etc., servicios con los que también debería dotarse al hotel que Cantur tiene en el poblado». En definitiva, tales propuestas solo indican la necesidad de reinventar la Estación de Brañavieja si no queremos que en un tiempo más o menos próximo pueda desaparecer.
A tal efecto, instalaciones aparentemente sin futuro y que fueron reinventadas hasta su total transformación tenemos ejemplos en nuestra propia Comunidad. Valga a tal fin la mina de mineral de hierro en la que hoy se ubica el Parque de la Naturaleza de Cabarceno, la cual estaba abocada a su cierre y que la visión del entonces presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, de utilizar el espectacular paisaje kárstico de piedra caliza modelado a lo largo de los siglos por la extracción manual del mineral que contenía para hacer de él un parque donde exponer y criar animales salvajes en estado de semilibertad, permitió reinventar una actividad para tal espacio físico que ha posibilitado que el mismo sea hoy uno de los motores turísticos y económicos de Cantabria.
Volviendo al tema de referencia, el uno de marzo de 2021, este periódico daba cuenta de que el Parlamento Regional iba a desarrollar un estudio de las opciones que ofrece la estación de esquí de Alto Campoo y su entorno para realizar actividades de turismo activo y de aventura fuera de la temporada de nieve, lo que permitiría realizar actuaciones el resto del año que garantizasen la rentabilidad de las importantes instalaciones con las que cuenta, de forma análoga a lo que ya se hace en otras estaciones similares, propiciando con ello un impacto positivo y continuado en la economía de toda la comarca. ¿Qué fue de la citada Comisión? ¿Llegó a algún acuerdo concreto? ¿Se van a poner en práctica sus conclusiones? Bueno sería, a tal fin, que una nueva Comisión Parlamentaria analizase todas las propuestas que haya, o puedan ahora realizarse al efecto, y elabore un plan que permita transformar totalmente aquella para su utilización y explotación durante todo el año.
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