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Es maravilloso surcar, feliz, este Océano Ártico enrolado en una de las mejores fragatas del mundo: la española F-103, cuyo nombre honra un egregio personaje de la historia de España: Blas de Lezo. Como Jesús Martínez Teja escribió con maestría en estas páginas de ... nuestro El Diario Montañés, Blas de Lezo, apodado 'medio hombre' por perder en sucesivos combates una pierna, un ojo y un brazo, logró hazañas que rozan la leyenda que todo español debería recordar. Así, resistir y vencer en Cartagena de Indias a una poderosísima flota de ciento noventa barcos ingleses contra seis españoles y tres mil soldados españoles contra veintisiete mil británicos bajo el mando del almirante Vernon, quien celebró antes de tiempo la victoria inglesa frente al escaso contingente español, aislado y sin refuerzos. No aprenden los británicos: el heroísmo, la firme voluntad de vencer, y el amor a España de nuestros hombres humilló al inglés, destruyendo su flota, tropas y honra. Empero, el destino de Blas de Lezo fue cruel: entonces, como hoy, envidiosos mediocres persiguieron su grandeza hasta morir el héroe español, uno más, en la pobreza y casi olvidado de España.
En una gélida y neblinosa mañana, que recuerda las de nuestra costa cántabra, abandonado el refugio de los nevados fiordos nórdicos surcamos las siniestras aguas del Océano Polar Ártico, latitud paralelo 74, con viento bonacible, mar rizada, temperatura bajo cero, nieve sobre cubierta, y humedad del cien por ciento. Noche y día se confunden en un gris sudario. Como en todos los buques de nuestra Armada, se reza al Señor de la Calma y de la Tempestad la oración del ocaso, y sólo una hora después repicará la campana del amanecer. Melancólica luz del sol ártico sobre las negras olas, que evoca los cuentos de terror del navegante Hodgson y las aventuras de Melville, Conrad o Lovecraft. Soledad rota por el avistamiento de alguna ballena o el graznido siniestro de aves marinas que escoltan nuestras singladuras.
Pero no estamos para poética contemplación de las grises aguas polares en este despliegue naval aliado. La Blas de Lezo, liderada con sabiduría y operatividad por nuestro comandante, alberga el estado mayor internacional de este grupo de combate activado para el ejercicio 'Formidable Shield 2023', coordinando los aviones, helicópteros y buques norteamericanos, británicos, noruegos, daneses, canadienses, holandeses, suecos, italianos, franceses, además de nuestro Patiño, bajo la atenta mirada de algún barco ruso.
Así, nuestra Blas de Lezo responde con pleno éxito desde el CIC (centro de información y combate del barco) a sucesivos desafíos tácticos de fuego real, con el perfecto lanzamiento del misil 'Harpoon' que impacta en un blanco que simula un navío adversario, con el cañón de proa que destruye los atacantes misiles antibuques lanzados por un dron, con las andanadas del cañón de proa que anula objetivos costeros en las Hébridas, y con el despegue desde proa de un misil ESSM de corto alcance y otro SM2 de media distancia que rugen y se pierden en el infinito horizonte hasta acabar con la diana enemiga, mientras ondea por estos mares remotos la bandera de España.
«Si vis pacem para bellum», y la geopolítica actual exige la óptima preparación de nuestros Ejércitos y la Armada para defendernos y vencer por tierra, mar, aire y espacio cualquier amenaza, custodiando la seguridad, territorio y soberanía de Cantabria y España, de nuestras familias, hogares y bienes, en lucha contra el terrorismo y las guerras que atentan contra la paz, libertad y justicia de los estados democráticos del orbe. El trágico conflicto entre Ucrania y Rusia enseña que el ser humano no aprende de sus dramáticos errores en la historia.
Pero no sólo la capacitación científica y material forja la perfección de nuestra Armada. Lo esencial en nuestros barcos son las personas, porque navegar es una aventura apasionante pero, al mismo tiempo, menester durísimo, donde el corazón añora los seres amados, la piel se torna de bronce, la vista se endurece, los sentidos se agudizan y los cambios físicos y mentales exigen plena madurez y equilibrio emocional para cumplir los deberes asignados. El éxito o el fracaso castrense depende de todos, desde los reposteros o marineros de máquinas hasta el comandante, el segundo comandante, el jefe de operaciones, el capellán, el habilitado, el médico… y nuestra fragata alberga en su alma de hierro a los mejores marinos.
Las guerras obligan a poseer elementos disuasorios para preservar su soberanía, y Cantabria y España tienen los más perfectos soldados en la defensa de su paz, libertad y justicia. Como en nuestra fragata Blas de Lezo, que lidera estas maniobras navales 'Formidable Shield' y hace presente en las brumosas, frías y glaucas aguas del Océano Ártico nuestra eterna y gloriosa Armada del Reino de España.
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