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Los de más edad en Torrelavega recordamos con nostalgia el tiempo en el que la ciudad tenía cinco cines: Coliseum Garcilaso, Avenida, Teatro Principal, ... Concha Espina y el menos conocido, con programación infantil, Ideal Cinema, el cine de los curas, decíamos. Vino después un largo periodo en el que la linterna mágica se apagó. Los primeros supermercados, los bingos y los bancos, coincidiendo con la generalización de la televisión en los hogares, aprovecharon la pérdida de espectadores en las salas para quedarse con los grandes locales. Años sin pantallas de cine durante los cuales, paradójicamente, un gran realizador de Torrelavega recibía las mejores críticas a nivel nacional por sus películas, Manuel Gutiérrez Aragón. Algunos ciudadanos nos consolábamos con las proyecciones del cine club Besaya, puesto en marcha en el instituto del mismo nombre por el inolvidable César Rosino. Un espejismo supuso, por su brevedad, la aparición de los minicines Arlequín y Pereda. Paréntesis que terminó con el cierre de las salas. La programación en los últimos años de la Casa de Cultura compensa relativamente a los cinéfilos. Como, en cierto modo, la efímera programación del autocine de Sierrapando siguiendo un modelo de espectador un tanto americano.

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eldiariomontanes Alberto Lavín