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Escribo hoy desde Normandía. Todo aquí evoca al día D, el del desembarco. El 6 de junio de 1944. Intento retrotraerme a lo que se vería entonces desde donde me encuentro ahora. Desde Omaha Beach. Barcazas en el mar, cañones en la arena. Soldados muertos ... de miedo, primero, y muertos de verdad, después. En el cementerio americano, olas de 10.000 cruces blancas aquilatan un mar de verdor perfecto, dispuestas con tanto orden como desorden provocó aquella guerra. En el cementerio alemán son 20.000 las placas de los no repatriados. Muchos murieron imberbes con 19 o 20 años. Seguramente no sabían bien por qué murieron.

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