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El mérito del fútbol español estuvo descansando demasiado tiempo en el colchón de la furia de Amberes. «A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo», decía Belauste yendo al remate. Y la jugada acabó bien en aquellos Juegos Olímpicos de 1920 que elevaron el prestigio ... deportivo del país al valor de la plata.

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eldiariomontanes El oro de un alquimista