Secciones
Servicios
Destacamos
Acaba de aparecer en EE UU un libro de Alec Mac Gillis cuyo título traduzco: «Realización de beneficios y pérdidas en la América de 'un-solo-clic'». Se trata de una reflexión moral sobre el presente de la vida económica en este país, donde con ... un solo clic en Amazon.com puede adquirirse lo más inimaginable sin moverte del sitio. Dicho presente predice el futuro que nos espera a los habitantes del resto del mundo, sea a manos del propio Amazon o de sus émulos.
La clave de la fábula gira alrededor del doble sentido que el término 'realización' tiene tanto en inglés como en español. El sentido más obvio alude a la realización de beneficios generados por las operaciones comerciales. Pero hay un sentido más sutil que se refiere a la realización personal del ciudadano de a pie: la posibilidad de sentirse satisfecho con el propio trabajo; encontrar un sentido y razón de ser en lo que se hace, valorarlo y sentirse valorado; a fin de cuentas, sentirse integrado en una comunidad solidaria. Es ahí donde se generan las pérdidas.
Está muy extendida la idea de que la globalización ha provocado la pérdida de empleo en los países desarrollados y el estancamiento de los salarios; pero la parte del león se la llevan los monopolios. Particularmente en EEUU, un país cuya industria sigue siendo la principal proveedora del mercado nacional y las importaciones apenas alcanzan el 12% del consumo interno. Se trata pues de un mito alimentado por los grandes monopolios, principales causantes de la precariedad laboral. La conexión de esta precariedad con los monopolios de las grandes empresas tecnológicas resulta imperceptible a primera vista, es necesario analizar su sistema operativo.
La legislación antimonopolio, que había obligado a las mega compañías energéticas a dividirse e impidió fusiones conducentes al mismo fin, comenzó a relajarse en el último cuarto del siglo XX; pero fue el advenimiento de internet lo que hizo posible que los cuatro jinetes del Apocalipsis -Apple, Microsoft, Google y, sobre todo, Amazon-, de quienes nadie había oído hablar antes de 1990, se adueñaran de gran parte del mercado nacional en menos de 20 años. Amazon devino el arquetipo de los modos y maneras de penetrar el mercado hasta la raíz y de las consecuencias que ello ha tenido en el mundo laboral. La cara visible de los monopolios es que crean muchísimos puestos de trabajo, pero la otra cara de la luna es que los empleos que destruyen y precarizan son muchos más. Pondré un único ejemplo que ilustra bien el funcionamiento del mecanismo, en el buen entendimiento de que el lector deberá multiplicarlo por miles para obtener una imágen más comprensiva.
Las instituciones públicas son de lejos los mayores consumidores de suministros de oficina. Las oficinas, regadas por todo el país desde las grandes urbes a los pueblos más pequeños, venían surtiéndose en gran parte de proveedores locales, en su mayoría pymes. Amazon ha utilizado una política de precios imbatible, valiéndose de su economía de escala, para monopolizar este mercado. Las empresas afectadas no han podido competir y han tenido que optar entre desaparecer o convertirse en agentes locales de Amazon reduciendo sus ganancias a una mera fracción de lo que eran. El efecto inmediato ha sido el aumento del desempleo, circunstancia que Amazon aprovecha para contratar a los empleados de almacén y transportistas en paro, por una fracción del salario que percibían con anterioridad. Reducción salarial que puede llegar a dos tercios para operarios de considerable antigüedad y experiencia, aspectos que ahora no entran en consideración.
Otra particularidad, dado que en EE UU el retiro privado es la parte más substancial de los ingresos tras la jubilación, es que si la empresa entra en quiebra estos ingresos pueden verse reducidos a la mitad; lo cual fuerza al jubilado a regresar al mercado de trabajo con salarios muy reducidos, para poder llegar a fin de mes. Pero ahí no terminan las desgracias. Con el fin de mantener la masa salarial lo más bajo posible, Amazon ropta por impedir la sindicalización de sus empleados, recurriendo al despido sin contemplaciones de aquellos que se atrevan a promover un sindicato, a las primeras de cambio. En claro contraste con todo lo anterior, la política salarial hacia los empleados de alto nivel (de programadores para arriba) no solo garantiza salarios e incentivos muy competitivos sino que se crea una atmósfera de trabajo tan atractiva que estos prefieren dedicar incontables horas a sacar adelante su tarea que a pasar más tiempo en sus lugares de residencia. Lo cual genera otra pérdida, a los empleados por debajo de las categorías privilegiadas. El mercado de alquiler de apartamentos en los alrededores de sus macro complejos de oficinas se dispara a niveles inalcanzables para estos últimos, que tienen que abandonar los que fueran sus lugares de residencia habituales y emigrar al extrarradio donde el costo de vida les resulta asequible.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.