Tanto remar para quedar en la orilla

Todo esto lo pudimos constatar al asistir a la concentración convocada por la ciudadanía frente al Ayuntamiento de Cartes. La respuesta del pueblo fue importante, concentrándose más de 500 personas, hombres y mujeres acompañados por niñas y niños en un ambiente tranquilo y solidario.

Por ello nos asombran los 'consejos', y más si vienen de personas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Sobremanera el titulado 'Prevención': «La mejor forma de afrontar una agresión es evitarla. No conviene caminar en solitario ni por lugares poco transitados».

Léanlo despacio y si tienen cierta edad reconocerán conmigo los mensajes de nuestras abuelas; las preguntas de a dónde vas, con quién y la hora de regreso y en todas nosotras resonará 'a las diez en casa'. Tus hermanos no, ellos tienen otros horarios.

De entonces a hoy nuestro país ha cambiado, afortunadamente, y muchos de esos cambios han venido de la mano de mujeres reivindicando una vida libre y con derechos: derecho al trabajo asalariado, a gestionar tu propia economía, a la utilización de anticonceptivos, al divorcio, al aborto, a una vida libre de violencia. En fin, los Derechos Humanos.

Por eso se hace extraño esto que llega después de años de esfuerzo. No reconozco en estas palabras a los policías compañeros de cursos de formación en violencia intrafamiliar y violencia de género, en donde aprendimos que la culpa no es del alcohol, ni de las drogas, ni de la oscuridad, ni del paro, ni del exceso de trabajo… la culpa es de la desigualdad, la educación en estereotipos de género rotundos, potentes. Esos que perpetúan que lo público, lo valioso, lo fuerte es para los niños y los hombres y lo doméstico, los cuidados, son para nosotras. Ellos deciden y nosotras cuidamos para que el mundo no se vaya a la mierda. Pues no, seguiremos reivindicando educación en igualdad, exigiremos que se cumplan las leyes conseguidas y la formación permanente en perspectiva de género para las fuerzas de seguridad del Estado, para el personal jurídico, de sanidad, de educación.

No hemos hecho un país mejor para que nos digan que no accedamos a las calles oscuras, los garajes comunitarios, las playas desiertas, las fiestas populares…

No nos manden a casa, protéjannos. Es responsabilidad del Estado la seguridad de todas las personas.

Y puestas a reivindicar, nosotras somos más que ustedes, señores.