Espanglish y otras modas

Todo por influencia del inglés. Hablamos una mezcla de espanglish e inglés mal traducido lleno de cognados (falsos amigos). A Marías, Buero y Juan Ramón el español les sirvió. A nosotros nos parece insuficiente y lo desdeñamos. La falta de léxico y el desconocimiento de lo propio inducen a creer que carecemos de expresiones válidas.

'Generar' es comodín. Relegamos crear, surgir, originar, producir, causar, provocar. Todo se detecta, poco se descubre, surge, aparece, se nota, se comprueba. Antes arrancábamos motores. Ahora: películas, partidos, espectáculos, campañas electorales y hasta Semanas Santas. Lo extraordinario, ingente, mayúsculo, maravilloso, estupendo, genial, asombroso se transforma en brutal. Convertimos en presuntos a supuestos criminales cuando la presunción es solo de inocencia, salvo que vayamos adjudicando delitos a priori. Preferimos palabras largas por creerlas más cultas: tecnológico, psicológico, peligrosidad, culpabilizar, clarificar, tensionar, obligatoriedad, voluntariedad, rigurosidad, intencionalidad, desaceleración, desacelerar. ¿Por qué no técnico, psíquico, peligro, culpar, aclarar, tensar, obligación, voluntad, rigor, intención, freno y frenar? Hay términos cortos y claros, ¿por qué buscar otros enrevesados o que no existen? Si no podemos barajar un naipe ¿por qué «barajamos la posibilidad», no la sopesamos, evaluamos, meditamos, consideramos?

Se rechaza el masculino plural porque no «visibiliza» a las mujeres, pero se prefiere 'enfermeras', que no visibiliza a los varones. Y el masculino 'poeta' frente al femenino 'poetisa'. Contradictorio. Los hombres aceptan el femenino 'personas' pero muchas mujeres rehúsan incluirse en 'los médicos', 'los ciudadanos', 'los españoles' aunque abarcan ambos sexos. Se han creado 'jueza', 'concejala', 'caba' sin necesidad. Se ignora que el artículo forma parte del sustantivo y marca el género: 'la testigo', 'la juez', 'la médico'. O 'esta concejal', 'estupenda miembro del equipo'. Sin añadir -a entendemos que son «seres menstruantes». No se han intentado soprana, contralta. Quizá por no frecuentar el vocabulario y la actividad. ¿Llegaremos a alféreza? ¿Exigirán los varones futbolisto? Incorporamos 'presidenta' o 'jefa'; pero 'la paciente', 'la votante', 'las cantantes' demuestran que los cambios sobran. Tampoco necesitamos 'feminicidio', tenemos 'uxoricidio' y podemos adoptarlo aunque no haya vínculo legal. De 'atención al cliente' pasamos a 'la clientela', y no es igual. ¿Qué hacemos con 'atención al paciente'?

Los lobos matan ovejas. Nosotros realizamos extracciones. En ambos casos habrá cadáveres, quitar la vida es quitar la vida aquí y en la Cochinchina. Las extracciones, para el dentista. No bajamos sueldos ni despedimos, efectuamos ajustes laborales o salariales. Optamos por 'enfermedades sexuales' frente al eufemismo 'venéreas', pero preferimos 'género' a 'sexo', como niñas ñoñas. ¿Traducimos topónimos o no? A Girona, Catalunya, Ourense, corresponden Deutschland y The Thames. O todo o nada, a medias no. Mejor, a cada idioma lo suyo.

La lengua es el instrumento que transmite nuestras ideas. Importa tenerlo cuidado, como la garlopa del carpintero, la lezna del zapatero, el violín del concertino. Hablemos claro. Hablemos español. Abandonemos el papanatismo y la corrección política.