Lo mejor para Cantabria

Un primer eje es analizar cómo ha sido tratada la región por los distintos partidos que han dirigido la Administración General del Estado (AGE), es decir, según qué partido gobernaba en Madrid. Para ello analizo la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado en Cantabria, es decir, lo realmente ejecutado e invertido (no lo presupuestado) por la AGE en diferentes periodos. En los años de los gobiernos de Aznar, las inversiones del Estado en Cantabria, en media anual, fueron un 16% inferiores a la época de los gobiernos de Zapatero. A su vez, la inversión de Zapatero duplicó, también en media anual, lo que invirtieron los gobiernos de Rajoy en Cantabria. No podemos comparar estas épocas con las de Pedro Sánchez porque los últimos datos disponibles datan del año 2019, dejando fuera cuatro años de su mandato. No obstante, la cosa no ha debido ir mal para Cantabria por lo que viene a continuación.

El segundo aspecto a tener en cuenta nos lo aporta el acuerdo PP-PRC para la investidura (¿antesala de un acuerdo de legislatura?). Dicho acuerdo dice, en su punto cuarto, que es necesario mantener los compromisos inversores del Estado en Cantabria, en especial la conexión ferroviaria con la Meseta y Bilbao, la renovación de la red de Cercanías y las mejoras planteadas en la red de autovías y carreteras dependientes de la Administración Central. Es decir, tanto el PP como el PRC parecen satisfechos con lo que ha hecho y tiene previsto hacer el Gobierno central en la región. Llegados a este punto, considero que es mucho más seguro para Cantabria que en el Gobierno central se mantenga quien ha diseñado, programado e implementado las inversiones que quienes van a gobernar en la región consideran imprescindibles.

El tercer aspecto tiene que ver con Europa. El programa electoral del PP es bien sencillo: derogar el sanchismo. Deduzco que esto implica derogar o modificar varias de las reformas que ha realizado el Gobierno central, muchas de ellas acordadas con la Unión Europea como condición para recibir más de 140.000 millones de euros para invertir en la transformación del tejido productivo, dotar a la economía de un rumbo con visión de futuro que le permitirá a España crecer, crear más y, sobre todo, mejor empleo, hacer una economía con más valor añadido que, a su vez, aporte los recursos que permita profundizar en la cobertura de servicios públicos de excelencia. Pues bien, modificar aspectos en reformas y leyes que condicionan la recepción de los fondos de la Unión Europea implica el riesgo de perder o al menos paralizar su envío a nuestro país. Para los que duden de esta afirmación no tienen más que mirar qué está sucediendo con Polonia, Hungría o, más recientemente, con el nuevo Gobierno de Italia, con 19.000 millones de euros parados. Si esto sucediera, proyectos que se están, o estarán, implementándose en Cantabria con fondos europeos corren el peligro de no realizarse. Derogar el sanchismo no es un buen negocio para España y, por consiguiente, para Cantabria.

El mejor trato que el PSOE ha tenido con Cantabria en los Presupuestos Generales del Estado frente a lo que ha hecho el PP, el acuerdo de investidura que han firmado el PRC y el PP, y la seguridad en la consolidación de los fondos europeos son razones suficientes para que los votantes que ponen en primer lugar los intereses de Cantabria a la hora de emitir su voto, que tienen una perspectiva regionalista en el análisis de lo más conveniente para la región y que ante las elecciones del 23J pueden tener una sensación de orfandad, entiendan que la mejor opción en esta coyuntura es votar al PSOE. En definitiva, que el voto al PSOE es lo mejor para Cantabria.