Secciones
Servicios
Destacamos
Como consecuencia de la pandemia la economía española fue la que soportó una de las caídas más severas del PIB en el año 2020, fruto ... de un modelo productivo fuertemente afectado por la movilidad que tuvo una restricción casi total por esas fechas. Cuatro años después de aquello, tanto la OCDE como The Economist consideran a la economía española como la más pujante del mundo.
Este resultado es fruto de un esfuerzo colectivo como país y de la política económica desplegada por el Gobierno de España. De un lado impulsando en la Unión Europea una forma diferente de afrontar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia y la guerra en Ucrania. Coherente con esto, desplegando un enorme escudo social para proteger a los ciudadanos, empresas y autónomos. Y, a la vez, con los fondos europeos como estandarte, propiciar una transformación del tejido productivo con la digitalización y la transición medioambiental como pilares. Hoy, España es líder en proyectos de energía renovable, lo que nos permitirá tener energía limpia y barata, que ya está contribuyendo a atraer inversiones industriales y tecnológicas de una gran magnitud.
Los resultados son evidentes. Veamos algunos datos. El PIB está 6,6 puntos por encima de los niveles precovid. Nuestro país encabeza el crecimiento de los grandes países occidentales. Nunca ha habido tanta gente trabajando en España: 21,3 millones de afiliados a la Seguridad Social. El Salario Mínimo ha crecido un 54% desde 2018 y, contrariamente a los augurios más agoreros, se ha incrementado el empleo y ha bajado el paro y al tiempo ha contribuido a incrementar el ingreso de los hogares y a aminorar la desigualdad salarial. Eso explica, al menos en parte, que el 80% del crecimiento económico se deba a la demanda interna (pública y privada) y el 20% al sector exterior.
Los sectores que más crecen en actividad y empleo son sanidad, información, comunicaciones y actividades científicas y técnicas. Hay cerca de 34.000 empresas con más de 50 empleados, lo que supone un máximo histórico, igual que los beneficios de las empresas cotizadas. La productividad aumenta en los últimos trimestres y se verá incrementada con una mayor ejecución de los fondos europeos a lo largo de los próximos ejercicios. Frente a estos datos, la oposición dice que este Gobierno está incapacitado para gobernar.
A pesar de los datos anteriores sólo el 20% de los españoles cree que 2024 ha sido un buen año para España en el terreno económico. La opinión es peor entre las mujeres y los jóvenes: solo un 17% de las mujeres cree que 2024 ha sido un buen año y en los jóvenes un escueto 7%. Sin embargo, el juicio es más positivo cuando los encuestados evalúan cómo ha sido 2024 para ellos y sus hogares. Solo el 10% lo perciben como malo, frente al 37% que lo consideran bueno, al contrario de lo que sucede respecto a la situación del país.
Es interesante intentar descifrar a qué se debe esta percepción tan negativa ante la realidad de los datos. Tres aspectos que son importantes desde mi punto de vista.
En primer lugar, el ruido ensordecedor en la política española. Desde la llegada a la Presidencia de Pedro Sánchez, la derecha no ha hecho sino protagonizar una persecución que ha llegado incluso al terreno personal con el único objetivo de desalojarlo del poder. En democracia se llega al poder ganado las elecciones con una propuesta de país y/o articulando una mayoría parlamentaria. La derecha hoy no tiene una propuesta alternativa de país y no puede alcanzar una mayoría sin el acompañamiento de la extrema derecha.
En segundo lugar, la dificultad de acceso a la vivienda, un problema social que no tendrá remedio en el corto plazo.
Y en tercer lugar, la desigualdad. En España tenemos 15.000 contribuyentes que declaran ingresos superiores a 600.000 euros, un 25% más con respecto al año anterior. Frente a eso, 12,8 millones de personas declaran tener unos ingresos por debajo de 21.000 euros. El desequilibrio resulta evidente.
Los tres aspectos, conjuntamente, generan un caldo de cultivo y provocan la desafección de la política en una parte de la población, que los lleva bien a no participar en el debate público o bien a asumir postulados populistas, negacionistas o de extrema derecha. La paradoja es que ninguna de estas posiciones les va a solucionar sus problemas sino todo lo contrario.
No le prestemos al ruido tanta atención y seamos más críticos con quien lo provoca. No lo duden, en la realidad económica y social de España, hay más nueces que ruido. Progresos en ambos terrenos de enorme trascendencia para avanzar en transformación económica y en la solución de los principales problemas de España, lo que nos debe de llevar a sentir, sin complejos, orgullo de país. Fuera de España nos lo reconocen.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.