Secciones
Servicios
Destacamos
Escribo con tristeza y una profunda decepción sobre el innecesario perdón preventivo hacia uno de los hombres que más han trabajado por la humanidad en ... el último siglo: el doctor Anthony Fauci, un médico e investigador estadounidense, conocido como uno de los principales expertos en enfermedades infecciosas a nivel mundial.
Fauci se ha ganado reconocimiento por su dedicación durante más de 40 años a proteger la salud pública. Su trabajo ha contribuido al desarrollo de tratamientos que han salvado millones de vidas, como terapias contra el SIDA y vacunas para enfermedades infecciosas. Durante la crisis del covid-19 se convirtió en una figura clave para informar al público y asesorar sobre medidas para contener la pandemia. Su trabajo como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) en los Estados Unidos fue clave y un ejemplo de cómo el conocimiento científico puede transformar vidas y mejorar la humanidad. Con motivo de un trabajo para vacunas a enfermos renales a nivel mundial, tuve ocasión de disfrutar su humanidad, conocimiento y cercanía. Fauci se enfrentó al presidente Donald Trump por su compromiso por la ciencia, defendiendo aquello que demostraba su evidencia y en contra de «ocurrencias» sin base científica que defendía el presidente. Con la vuelta de Trump, y como protección a una eventual acción rencorosa, el presidente saliente Biden ha otorgado a Fauci un humillante ( aunque quizás necesario) indulto preventivo no solicitado pero aceptado por él.
Esta dolorosa circunstancia es solo un reflejo de lo que nos sucede. Estamos viviendo una creciente intervención de los gobiernos en las instituciones independientes que han sido pilares fundamentales para el desarrollo y el equilibrio en las sociedades. La justicia, la ciencia, la educación y las empresas han desempeñado un papel crucial en la promoción del progreso, la innovación y el bienestar colectivo. Y es urgente analizar cómo y por qué los gobiernos están incrementando su control sobre estas instituciones y cuáles son las implicaciones a largo plazo de este fenómeno. Es evidente que lo que vemos en España con la justicia o con las empresas responde a intereses muy particulares y poco éticos de nuestros gobernantes. Pero particularmente en el caso de la ciencia, la independencia respecto a la intervención del gobierno es clave. Quienes durante años hemos participado en avances científicos lo sabemos. Se trata de evitar sesgos y manipulación en favor de intereses políticos y económicos; avanzar en innovación no sometida a agendas políticas y aumentar la confianza pública en los resultados científicos. Una ciencia independiente contribuye a una sociedad más informada y equitativa, donde las decisiones públicas pueden basarse en conocimientos verificados y no en ideologías. De esta forma se promociona la democracia y el progreso social.
El ejemplo del doctor Anthony Fauci debe ser una referencia para todos. Cada uno en su área de trabajo: los jueces defendiendo su independencia; los educadores contra la manipulación ideológica; los empresarios asegurando su libertad al margen de intereses políticos lo que finalmente se traducirá en mayor estabilidad laboral; y los científicos asegurando que los resultados de investigación son claros y objetivos. Luchando cada día, sin descanso , con fuerza y confianza.
Está claro. Lo tienen allí y lo tenemos aquí. Cuanto mayor sea el poder del Estado, y más intervenga en nuestras instituciones independientes, mayor será la corrupción. Así que cuéntenselo a los jóvenes y a espabilar todos, que ya llegamos tarde.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.