Antivacunos

Esa mentalidad de 'vaca, caca' me parece que subyace también en la 'license to kill' que el Gobierno español ha otorgado al lobo ibérico, que, como James Bond, tampoco tiene tiempo para morir. Se trata de aburrir a los ganaderos extensivos, porque los intensivos ya se aburrirán solos por el sándwich que forman unos precios a la baja por sobreproducción europea y unos costes al alza por nuestra magnífica política energética.

Esta campaña, que culpa a la vaca del calentamiento del planeta y sus males bíblicos subsecuentes, hará quizá felices a quienes crían cerdos, pavos o pollos, aunque, cuando las vacas de tu vecino veas pelar… Sobre todo, dejará contentos a los que quieren suprimir toda carne, no está claro por qué razones (¿se opondrían también a la carne generada mediante multiplicación celular en laboratorio?). La opción del pescado es interesante, solo que ya los mares están sobreexplotados y casi todas las especies, protegidas por cuotas. Más demanda de pescado únicamente hará subir el precio y dejar a los menos pudientes como vegetarianos forzosos.

Para Cantabria es una dinámica demoledora, pues la carne de vacuno aparece, junto con algunas elaboraciones lácteas de valor añadido (quesos, yogures), como la gran alternativa inmediata a la crisis del precio de la leche.

Así que el proceso verdadero es este: la vaca tendrá que ir a listado de especies en riesgo de extinción, Lespre, de donde habrá que sacar a un lobo que se habrá convertido ya en el tirano del 'prao' a ambos lados de la Cordillera Cantábrica. Matar una vaca en Cantabria será peor que hacerlo en la India. Pero para matarla habrá que ir al zoo.