Por unos cuidados más justos en oncología

La Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), fundada en 1933, al celebrar el Día Mundial Contra el Cáncer, da continuidad a lo acordado en París en febrero de 2000 en la Cumbre Mundial contra el Cáncer para el Nuevo Milenio.

Pedimos a los gobiernos que mejoren la equidad en salud, faciliten el acceso a servicios de atención al cáncer, que sean accesibles a toda la población y se reduzcan la incidencia y la mortalidad por cáncer. Somos conscientes de que cada esfuerzo, grande o pequeño, contribuye al impacto que podemos lograr en el Día Mundial contra el Cáncer. La desigualdad cuesta vidas. Los sistemas públicos de salud deben abordar las causas de las que se derivan las desigualdades en los tratamientos oncológicos.

Nos unimos al tema de la campaña: 'Por unos cuidados más justos'. Se trata de reconocer las desigualdades en la atención del cáncer para eliminarlas y conseguir que toda la población pueda acceder a los tratamientos más eficaces. Equidad significa que todas las personas deben tener reconocido su derecho a acceder a unos servicios sanitarios públicos de cobertura universal y de calidad, incluidos los servicios oncológicos.

No todos los tipos de cáncer se pueden prevenir, pero los hay que se pueden prevenir gestionando hábitos de vida saludables. La Organización Mundial de la Salud nos señala que algunos de los más frecuentes, pueden prevenirse mediante una vida libre de tabaco, alcohol y drogas, con una alimentación y dieta saludables, protegiéndonos de la exposición solar y otros factores o sustancias cancerígenas y realizando actividad física diariamente.

No todos los cánceres se manifiestan en fase temprana, pero algunos avisan y es importante actuar, porque si el cáncer se detecta de forma precoz, será más fácil tratarlo, se evitan algunas intervenciones, mejoran las tasas de supervivencia y posibilitan una mayor calidad de vida.

Insistimos en objetivos básicos: fomentar las inversiones en investigación y en nuevos conocimientos, actuar para prevenir, mejorar los servicios de atención al paciente, actualizar la formación de los profesionales sanitarios, crear conciencia social reconociendo al movimiento asociativo de pacientes, mejorar el conocimiento de los riesgos del cáncer y, de esa forma, reducir el impacto de esta enfermedad y sus consecuencias.

Defendemos la importancia y eficacia de las campañas de detección precoz y trabajamos para que todas las personas, con independencia de donde vivan y sin discriminación alguna, tengan acceso a las pruebas de cribado, a los mejores métodos de diagnóstico, a eficaces terapias, a medicamentos innovadores y al control de la enfermedad oncológica. Si aspiramos a un futuro sin cáncer, debemos eliminar las desigualdades en la atención oncológica.

El cáncer es una enfermedad y como tal debe considerada por la población y ser gestionada sanitariamente, conscientes de que es una enfermedad grave y que cada año se diagnostican en el mundo más de 14 millones de casos nuevos y provoca 9,6 millones de muertes.

Conscientes de la responsabilidad individual y social para reducir los factores de riesgo vinculados con el cáncer, corresponde a las autoridades sanitarias desarrollar políticas de salud pública inclusivas, crear entornos favorables para que la población adopte comportamientos saludables, crear estrategias innovadoras para hacer frente a las inequidades e invertir para lograr un mundo libre de cáncer.

El movimiento asociativo de mujeres con cáncer de mama en todas sus fases, del que nuestra Asociación es parte activa, está solidariamente comprometido con estas ideas y seguirá trabajando para que el cáncer sea una prioridad en la agenda mundial y mantendrá una especial atención a los casos de metástasis en oncología.

El futuro de las personas será más justo, cuando tengan acceso gratuito a los servicios de salud, cuando puedan acceder al diagnóstico, al tratamiento y a los cuidados que pueden salvar sus vidas. Ni el lugar de nacimiento o residencia, ni la edad, el origen étnico, la orientación sexual o el género, ni la situación socioeconómica, las creencias religiosas o pertenecer a grupos de población minoritaria, pueden discriminar el acceso a los servicios públicos de salud.

Sumemos voces solidarias y esfuerzos compartidos para imaginar un mundo donde las personas tengan derecho a la prevención del cáncer, a tratamientos eficaces, a fármacos y cuidados más justos y que los gobiernos asuman la responsabilidad para hacer posible las políticas, legislaciones e inversiones para avanzar en esa dirección.