Lectura, elegancia y Plan General

Actualmente, el municipio cuenta ya con un modelo de ciudad redactado, entregado y expuesto a cuantos han querido interesarse y conocer su contenido. Además, su recepción ha sido muy satisfactoria por los asistentes a los numerosos encuentros que se han realizado en diferentes foros y espacios del municipio. Esta labor continuará en próximos meses, pues el interés para los ciudadanos en «Santander, hábitat de futuro» (así nombrado por su equipo redactor) radica precisamente en ser conocido, contrastado, consultado, debatido, valorado y recibido como propio por quien, en última instancia, habrá de ser la destinataria final de sus contenidos y líneas de acción: la ciudadanía.

Por ello, más allá de su presentación pública en mesas específicas, reuniones con profesionales y asociaciones de vecinos, encuentros con grupos vinculados a la ciudad y sus dinámicas, visitas guiadas de la exposición, foros radiofónicos, visitas a centros de enseñanza de todas las edades (colegios, institutos y universidad), la clave crítica del proyecto será su 'lectura' por quienes han de hacerlo suyo a distintos niveles.

Esa 'lectura' imprescindible servirá para entender que el modelo de ciudad propone un documento técnico, complejo, serio y profundo en su análisis del municipio y su biorregión (área metropolitana vinculada funcionalmente a Santander), y profesional y acertado en la toma de decisiones. Todo ello para un proyecto integrado de ciudad que atiende aspectos tan trascendentes para el municipio como su naturalidad, su carácter verde y azul, que ilumina casi todas las estrategias que se proponen. De hecho, «Santander, capital natural» es un proyecto financiado por Europa con más de tres millones de euros que pretende poner al municipio como futura Capital Verde Europea, luego la estrategia verde del modelo de ciudad no hace sino reforzar acciones que la ciudad ya ha emprendido.

La movilidad como factor determinante del futuro santanderino encabeza otra de las estrategias y, en común con el resto de ejes y argumentos, planifica las acciones necesarias para abordar y continuar líneas como las de la movilidad transversal y vertical o la delimitación de una zona de restricción de acceso de vehículos buscando la descarbonización de ese espacio. Ello representará, en suma, la mejora de la calidad de su vida urbana, pues reducirá todo tipo de emisiones contaminantes, tanto acústicas como de polución ambiental, y permitirá aumentar la sustitución de espacios ahora asfaltados por otros más verdes y con mejor balance ecosistémico (sombras, humedad, filtrado de agua al terreno, presencia de pájaros y sus cantos, control de la temperatura…).

Las otras estrategias se mueven en la misma línea para mostrar una planificación global del municipio desde los principios de un urbanismo actual, dinámico, atento a los factores que la sociedad propone y reclama desde la participación ciudadana ya integrada, y a los asuntos que la propia Naturaleza apunta desde el cambio climático y desde una realidad mundial cambiante.

La 'lectura' de un documento de esta altura se antoja imprescindible en ciertas esferas. Estará el ámbito de lo político, claramente necesario, pues el destino de una ciudad, finalmente (y no siempre compartiendo rumbo con posicionamientos técnicos), se orienta desde políticas que, a veces, tienen visiones demasiado a corto plazo. Estará la 'lectura' por los profesionales y técnicos de cada sector con incidencia en la ciudad. Y estará la 'lectura' por la sociedad civil, cada vez más trascendente en estas cuestiones donde se juega algo tan importante como la propia calidad de vida de la ciudadanía.

Tras la 'elegancia' en la formulación tanto del procedimiento como del contenido del modelo de ciudad, 'elegancia' considerada como cosecha y selección de los elementos más adecuados para incorporarse al proceso, habrá de añadirse la última 'elegancia' (elección), la de quienes reciban «Santander, hábitat de futuro» como lo que verdaderamente es: la base técnica para la planificación de Santander, que se ofrece con una confianza plena tanto en su independencia como en su alto valor para el municipio.