Escribir, otra manera de vivir

Por eso hoy quiero hablarte de lo maravilloso que es el acto de escribir y, desde esta pequeña columna, te animo que así lo hagas.

¿Por qué es bueno, sano incluso, escribir? Porque nos permite adentrarnos en otra manera de vivir la vida y, sobre todo, contar y narrar a otros las ideas que a todos nos bullen en un momento determinado.

Últimamente, los antropólogos han descubierto que, más importante que para romper las moléculas de los alimentos, el fuego sirvió para sentar a un grupo de seres humanos en torno al calor de una hoguera y eso nos permitió empezar a contar historias. Ni más ni menos que esto, sin hoguera, gracias a la tecnología actual, es lo que yo hago contigo todos los domingos, narrarte una breve historia sobre algo en lo que siento que tengo necesidad de comunicar o de transmitir mi pensamiento y siempre, siempre, con una vocación de servir a otros para pensar de forma diferente y enriquecedora, si es que humildemente lo consigo.

Por eso hoy te animo a que, si cumples los requisitos de querer contar alguna buena historia o expresar tu pensamiento para compartirlo con otros, te inicies en la escritura. Es relativamente fácil. Al principio seguramente necesites escribir un pequeño guión de lo que quieres decir en un artículo o, por qué no, en un pequeño o gran libro. Ese guión debe recoger las ideas esenciales de lo que pretendes narrar después. Quizá un folio en blanco o la pantalla, blanca también, de un procesador de textos, es el mejor modo de arrancar. Un pequeño consejo, no pierdas la paciencia si, al principio, las ideas no fluyen con la facilidad que hubieras esperado, es sólo cuestión de insistir, de borrar textos o de tirar papeles, hasta que des con un texto que, efectivamente, refleje todo lo que deseabas transmitir.

Puedes escribir sobre cualquier experiencia o anécdota que hayas vivido, sobre las ideas que quieras compartir o sobre tu propia idea de una historia novelada. A mí, en particular, me sirve de mucho pensar en los miles de personas que cada día abren este periódico y sentir que a algunas cientos o miles les puede resultar de interés conocer mi visión del mundo; no pretendo que todo el mundo esté de acuerdo, ni mucho menos, tan sólo me imagino debatiendo, discurriendo, con todos y cada uno de los posibles lectores; es una sensación maravillosa y te invito a que la experimentes.