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La semana pasada la revista Telva publicaba un artículo muy interesante sobre algunos aspectos que el premio Nobel de física, Einstein, destacó sobre la felicidad humana. De todo ello las frases que más me resultaron destacables fueron las siguientes: «Una vida humilde y tranquila trae ... más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica». Que en esencia es la tensión a la que nos vemos sometidos, en muchos casos, por conseguir el éxito a toda costa y, sobre todo, el éxito demostrativo, el que hoy en día podemos expresar o mostrar en las redes sociales, el éxito de los ganadores que, generalmente, se resume en dinero, poder, fama; ser mediático en definitiva. Quizá la frase que más me ha interesado es aquella en la que dice «si quieres vivir una vida feliz, átala a una meta, no a personas o cosas»; va en la misma dirección que antes, es decir los objetivos más sanos son aquellos que más satisfacción nos dan y suelen estar vinculados con un objetivo que no tiene que ver ni con éxitos ni con personas y, por supuesto, tampoco con cosas; los mayores logros siempre son aquellos que implican pasar de un estadio a otro, superarnos, conseguir algo que nos cueste esfuerzo o que suponga un salto cualitativo en lo que somos o en lo que hacemos, más que en lo que conseguimos material o mediáticamente.
Telva también refiere las mejores frases de Einstein entre las que quiero destacar tres en especial: «La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar»; es fascinante esta frase, porque las personas más resistentes al cambio, al final, suelen ser las menos inteligentes, las que eligen los caminos más trillados o que sólo eligen lo conocido y no lo que se puede descubrir o está por conocer, como hizo Einstein con todo el mundo que fue capaz de revolucionar en la ciencia y que queda muy lejos de los que siempre quieren hacer lo mismo. Precisamente en esa diferenciación o lograr resultados diferentes está otra de sus frases: «La creatividad es la inteligencia divirtiéndose»; poco más se puede decir de esta frase tan inteligente. Finalmente me quedo con otra en la que dice «sólo una vida vivida para los demás es una vida que vale la pena»; qué duda cabe que cuando volcamos nuestros esfuerzos en beneficiar la vida de los demás, en favorecer las vidas de otros, nuestras vidas se ven mejoradas y recompensadas. Callado está dicho que no hay que hacerlo por este motivo, pero es una consecuencia de nuestra dedicación hacia los demás; pocas cosas hay tan satisfactorias en la vida como esas y la satisfacción es el camino a la felicidad. Seamos inteligentes y seremos felices.
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