'Feliz Novedad'

La Navidad siempre me trae muy buenos recuerdos y la reivindico en toda su intensidad. Más allá de las luces y de los banquetes, que sí que están bien, que nos ayudan a recordar que es un tiempo luminoso, para celebrar, para compartir, la Navidad es un tiempo que nos recuerda nuestra niñez, todas las ilusiones que hemos tenido y que nunca debemos, ni debiéramos perder, para seguir sintiéndonos como niños, con toda la inocencia que ello implica. Difícilmente mejoraremos como adultos si no nos sentimos como niños. La Navidad es un periodo en el que exaltamos todo lo bueno que hay dentro de nosotros, y que perdura durante todo el año, durante todo el tiempo, pero quizá en estas fechas nos permitimos, para algunos la tontería, para mí es una 'grandería', el hecho de sentirnos plenos y permitir la renovación que necesitamos. Si no hacemos un pequeño alto en el camino, como el que podemos conseguir en estos días, es muy difícil que seamos conscientes de que tenemos que seguir mejorando, desde lo más hondo de nuestro ser. Tenemos que renovarnos, romper con hábitos destructivos, las más de las veces para nosotros mismos y sentir que algo nuevo nos inunda.

Desde el cristianismo todos hemos aprendido a sentir la Navidad. Para algunos ha sido algo impuesto y la rechazan, para otros les trae malos recuerdos, seguramente de carencias afectivas, pero para otros y quiero pensar que somos los más numerosos (con independencia de la ironía de 'pasar' de la Navidad, que parece que queda muy bien) la Navidad es entrañable, es un pequeño 'kit kat' en el esfuerzo y el disfrute continuo de vivir.

Si por San Juan quemamos trastos viejos, en esta Feliz Novedad creo que sería muy interesante quemar todo lo tóxico que nos impide ser más felices, quemar lo viejo para que entre lo nuevo en nuestro corazón, en nuestro cerebro y permitir que nazca una nueva felicidad. Felices Fiestas (y no lo digo por decir, lo digo porque lo siento).