Nazisistas
En cierto modo la personalidad narcisista enlaza bien con el concepto de nazi ·
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En cierto modo la personalidad narcisista enlaza bien con el concepto de nazi ·
Coloquialmente se denomina nazi a una persona vinculada con la ideología que defendió Hitler en el nacionalsocialismo durante toda la etapa de su gobierno en ... Alemania. Nazi es una persona extrema, con una visión supremacista sobre la realidad de los otros y en donde a cualquiera que consideren inferior, por razón de su raza, sexo, ideología, estatus o extracción social, lo discriminan y tratan de mantener una posición de superioridad o de dominio sobre esas personas.
En cierto sentido la personalidad narcisista enlaza bastante bien con este concepto. El narcisismo, como sabemos, proviene del mito griego de Narciso, que se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua y se ahogó al intentar besarla. Un narcisista, hoy en día, es una persona, en muchos casos, con algún tipo de psicopatía, es decir que no es capaz de empatizar o de ponerse en el lugar del otro, sino que tan sólo piensa en sí mismo, en que está por encima de los demás y en que esos 'demás' tienen que reconocer sus talentos superiores. El narcisista, a su vez, necesita víctimas que agranden su personalidad, que reconozcan su belleza, su inteligencia, sus habilidades, etcétera, permitiéndose ellos ser despreciativos con los demás, arrinconarles, haciéndoles sentir de menos para, de ese modo, ellos destacar por encima. Por este motivo les llamo nazisistas, es decir la supremacía sobre los demás, despreciándolos y conquistando sus voluntades de un modo realmente execrable y es que, por ejemplo, en las relaciones personales, el nazisista, en el momento en que tiene bajo su yugo a la persona que ha doblegado y que además lo ha hecho con la suficiente frialdad e inteligencia como para mantenerlo en un hilo dependiente, lo hace de modo que, durante el proceso, la víctima no se sienta como tal. Hasta que llega un punto en el cual necesita ejecutar a su víctima, pues ya no le produce satisfacción y decide dedicar su tiempo a captar a la siguiente víctima propiciatoria para volver a repetir de nuevo el modelo. El nazisista no es tonto, todo lo contrario, y va en búsqueda de esas víctimas que, en alguno de los aspectos en los que él quiere predominar, ellas mismas se consideran inferiores. El nazisista nunca atacará a una persona fuerte, equilibrada, sino que busca personas con algún tipo de trauma, de carencia afectiva o emocional, para ejercer su poder. El nazisista necesita la droga de su preponderancia y le da igual conseguirla vituperando, vejando la personalidad de quien así se lo ponga fácil.
Al final del cuento Narciso se ahoga en su propia imagen; el nazisista muchas veces muere en la orilla de otro nazisista más fuerte que él; siempre habrá un Hitler que, al final, muera derrotando o derrotándose.
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