Las nuevas religiones

Hace tres años la Encuesta Social Europea realizada por la St Mary's University de Londres y la Universidad Católica de París constató que en países como España, Dinamarca, Francia, Bélgica o Hungría), más del 50% de los encuestados –de un rango de edad de entre 18 y 26 años– se declaraban ateos o agnósticos». Pero no debemos preocuparnos pues acabo de entender que ha nacido una nueva religión (una no, varias) que viene a ocupar el lugar de las anteriores, al menos en el mundo occidental.

Si nos fijamos en la definición de religión veremos que alude a las creencias (¿qué es lo que más valor tiene para ellos?), las normas de comportamiento (¿quién dicta lo que está bien y lo que está mal?), las ceremonias (¿en qué ámbitos tienen que comportarse de una forma políticamente correcta para ser reconocidos?), los grupos humanos (¿en qué lugar se adscriben en función de su edad, su rabia, su frustración, sus anhelos o sus deseos?) y, finalmente, una relación con la divinidad (¿quiénes son los nuevos sacerdotes referentes que desde sus púlpitos les dicen cómo tienen que hacer, comportarse o presentarse para ser cools y estar en la onda?). Efectivamente, has acertado, los influencers de las nuevas religiones, que son las redes sociales. Esta es la nueva religión, esto es en lo que se cree, en esa opinión colectiva del comportamiento adoctrinado y adocenado en el que tienes que someterte, igual que como hacían y hacen las doctrinas religiosas más intolerantes. Es como Sauron, el ojo del Señor de los Anillos, que todo lo ve.

En estas nuevas religiones también se peca (si expresas lo incorrecto para el gran ojo), te pueden excomulgar si vas en contra de ellas, te perdonan y redimen tus pecados si te sometes a sus rituales y te permiten acudir, y ya no sólo los domingos, sino en todo momento, a recibir la bendición de los likes y sus sacerdotes, a cambio de prebendas económicas andorranas, con sus liturgias, nos indican el camino a seguir en favor de la nueva fe. Los pescadores apostólicos tenían sus redes, pero las de ahora tienen las mallas más extensas. Habría que crear una nueva red que tan sólo nos pusiera en contacto, que no nos juzgara, que fuera alegre y divertida y sin acidez.