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Reina Victoria. Paseo marítimo sin parigual. Una privilegiada panorámica sobre la bahía santanderina, que bendita sea la madre Naturaleza que en buena hora la parió ... de pie. Al parto, asistió la diosa Fortuna con laureles en las manos y ajorcas cascabeleras en los tobillos. Por lógica elemental, su trazado se impuso para conectar el centro de la ciudad con el asilvestrado Sardinero. Una mano de avenida, la norteña, con señoriales construcciones, muy maltratada por la falta de unanimidad en el propósito urbanístico. Y la otra mano, la orientada al sureste, desde San Martín hasta la llamada curva de las Viudas, y ya al este pleno, desde la ensenada del Camello hasta la plaza de Italia (antes, del Pañuelo). Abreviando: con vistas a la bahía en el tramo inicial, sanmartinenco, y a mar abierto en el segundo.

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eldiariomontanes Una avenida con nombre de reina