El Belén en festivos versos

Nochebuena de 1858. Entrechocar de copas, que pasan de llenas a vacías por mor de quienes beben a destajo. Con los versos improvisados en la casa del tacaño marqués de Molins, se publica un periódico con mucha trastienda llamado 'El Belén', de cuyo ejemplar extraigo ... el poema festivo de Ventura de la Vega, con arreglos de Díaz, que festivamente así reza: «Es con gran satisfacción que vemos por fin triunfando los fueros de la razón. Merced a la alta misión que venimos predicando. Pasó un año, mes por mes. ¿Y qué hizo el señor marqués? Pues tal cual lunes nos abría. ¿Y qué era la orden del día? ¡Unos bollos y unos tés! Nuestra lógica condena. Lo que es digno de reproche: Buena noche es noche buena; Y él llamaba buena noche a tanta noche sin cena! A este cargo formulad bien sabemos que ha objetado el subterfugio ridículo de que la cena es artículo que no está presupuestado. Pues lo presupuestaremos y habrá presupuestación, presupuestacionaremos, y cena y verbo tendremos que no tendrá conclusión. ¿Quiere bill de indemnidad? Pues dé una cena de verdad. Dos años fue suprimida. ¿Cree el marqués que esa maldad pasó desapercibida? Mientras por Roma y París llevaba su orgullo loco. ¿Qué nos dejó? Ni un anís. ¡Tuvimos hambre, y por poco nos cenamos el país! Y él, cenando con champaña, dejando y tomando trenes, iba por Francia y Bretaña, por Gand, por Bale-campaña. Y por Génova, y por Genes. ¿Dura acaso aquella edad en que el oro del Perú era nuestra propiedad? ¿Es eso entender de gubernamentabilidad? Si el marqués es hombre serio. Adopte nuestro criterio y evitará toda crítica: haga cena el ministerio. En lugar de hacer política. Haga música también; es decir, toque el piano. Y en tanto irá este belén deshaciendo bien a bien el idioma castellano». Pobre idioma nuestro, tan mordisqueado por los anglicismos en boga.