Borradas letras pisadas

Bajo borradas letras pisadas yace en la catedral donde tantas horas trabajó y tantas veces le tocó en el hombro el ángel de la inspiración. Junto a su primera esposa, Isabel de Mercado. De todo lo cual vengo dando amplia y machacona cuenta por aquí. Tirando de memoria: en La catedral soñada (2016), Jerónimo de Quijano (2023) y en una intervención en el CEM; entre otras muchas crónicas, ensayos y estudios.

Peregrinar a su tumba ha devenido en mi costumbre. Todos los años fotografío la lápida mortuoria por abril y septiembre y cada vez encuentro las borradas letras pisadas más ilegibles. Apenas si se lee ya su nombre en la marmórea lápida de la sepultura. De donde acabará desapareciendo, si Dios no lo remedia, porque a los humanos se nos da bien pisotear. En la prensa murciana, he pedido que se proteja, antes de que se borre del todo. Y nada.

Aquí, el apellido Quijano y el mote 'El Montañés' con que figura en la historia a nadie conmueve. Ignorante la Consejería de Cultura de que yace frente a la capilla de la Virgen del Patrocinio, se aferra al tono menor sin pasar al tono mayor. Patrocinar un estudio a fondo sobre el origen cántabro de Jerónimo de Quijano 'El Montañés' no entra en sus chatos planes. Con lo fácil que sería patrocinar la transcripción del testamento, dado ante Lope del Castillo, por quien tenga saber suficiente. Testamento que poseo y pongo a su disposición, falto yo de competencia para tan especializada tarea.