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Plaza de Pombo. De Librería Gil sale un peregrino con un plano municipal que se lo come. Botas de senderismo, calcetines blancos, pantalón corto, mochila, gorro y venera. Siguiendo la ruta marcada en fosforito, toma café en Pombo y en la calle del Martillo se ... hace un lío. Lee: Marcelino Sanz de Sautuola (antes, Martillo). «¿Martillo de herejes?», pregunta. Le saco de dudas: «Tres grandes Marcelinos son honra y prez de Santander: Sautuola, Altamira. Botín, Fundación. Menéndez, Biblioteca». No entiende que la biblioteca del sabio esté cerrada. Yo, tampoco. Viene de una universidad francesa, con un apunte plastificado de la 'Historia de los Heterodoxos españoles', que me invita a leerle en alto para afinar su políglota oído: «Propagación del cristianismo en España.- ¿Quién fue el primero que evangelizó aquella España romana, sabia próspera y rica, madre fecunda de Sénecas y Lucanos, de Marciales y Columelas? Antigua y piadosa tradición supone que el apóstol Santiago el Mayor esparció la santa palabra por los ámbitos hespéricos: edificó el primer templo a orillas del Ebro, donde la Santísima Virgen se le apareció sobre el Pilar, y extendió sus predicaciones a tierras de Galicia y Lusitania.

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eldiariomontanes De camino con don Marcelino