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En su habitual sección 'Rasgos Literarios', en El Cantábrico, Nevermore publica un poemita cuyo festivo título desmienten los profundos versos que incluye.
«Conatos de ... humoradas / La nave de su vida, altiva y bella, / conduce el hombre a puerto, cuando ha muerto. / El suicida la estrella / contra las rocas rígidas del puerto. / ¿Quién dijo que el amor es flor de un día? / Hoy la he visto pasar... ¡y todavía!... / Cuando un amor inmenso e infinito / une dos corazones, / no necesita, para ser bendito, / que le echen bendiciones. / Un poeta muy experto, / en cantiga sentida, / decía que el amor es en la vida / lo que es un manantial en el desierto.».
Nevermore se prodigó en composiciones poéticas que el tiempo injustamente ha olvidado. Las muchas composiciones suyas que voy recopilando y aireando prueban la solidez de su pensamiento y la profundidad de sus poéticos repentes y repuntes. Tras el seudónimo se ocultaba Eduardo Torralba Beci (Santander, 1881-Madrid, 1929), a quien la Asociación de Periodistas de Cantabria aún no ha tenido a bien dedicar el estudio que su figura reclama. Suyo era también el seudónimo Fregeneda.
El Cantábrico, en la edición del 30 de marzo de 1913, tira de la manta y lo deja tan desnudo como al rey del cuento: «Nuestro queridísimo compañero de Redacción Eduardo Torralba Beci, que tan populares ha hecho en estas columnas los seudónimos de Nevermore y Fregeneda deja desde hoy las diarias tareas de El Cantábrico para dedicarse al periodismo en la villa y corte».
Otro que se vio obligado a tomar carretera y manta para irse a hacer los madriles. Donde alternó la labor periodística (director de 'El Socialista') con la política, figurando en las biografías como fundador del Partido Comunista Obrero Español y del Partido Comunista de España. Y eso que el bueno de él iba de humoradas.
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