Decíamos ayer

Indicado poema gerardino se publicó con el título fundido a la dedicatoria: 'Hasta siempre. En el último número de La Atalaya'. Año XXV, núm. 12.517. Santander, 15.07.1927, segunda página, a dos columnas.

Veintidós años después, Gerardo Diego lo incluye en su libro 'Hasta siempre'. Madrid, Ediciones Jura. Colección 'Mensajes', nº 10, dirigida por Leopoldo de Luis. Aquí, la mutación se consuma indefectiblemente: «Despedida.. A José del Río Sainz, en el último número de 'La Atalaya' (Santander)».

El ceremonial de la confusión está servido. En Antología (1988:271), José Bernal retóricamente anota: «El poeta recoge en 'Hasta siempre' una poesía de circunstancias varia y desigual, agavillada como conjunto bajo un sintagma, el título, directamente inspirado en una de las composiciones incluidas en el libro: 'Despedida', que Diego dedica a su paisano José del Río Sainz 'en el último número de La Atalaya (Santander)'».

La verdad del cuento es que el título del poema dedicado a La Atalaya dio nombre al libro que contiene el poema con el título original y la dedicatoria alterados. Así: despedida por hasta siempre. Y dedicado a José del Río Sainz por a La Atalaya.

También de resaltar es la mutación que el poema sufre en su primera estrofa, versos quinto a décimo. De donde desaparece Cueto (lugar), que rima con asueto y concreto, y Media Luna (calle) y su muralla, a espaldas de la iglesia parroquial de Santa Lucía. Dos popularísimos enclaves santanderinos sin los cuales, Santander, cuna y palabra de Gerardo Diego, se resiente y desdice.