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A finales del siglo XVIII, nadie se ponía mejor los rulos para el peinado que el conde de Floridablanca. Todopoderoso hombre político, en el reinado de los Carlos, a quien la ciudad de Santander debe infinitas mercedes. Véase el acta municipal del cabildo extraordinario del ... 18 de diciembre de 1790, en el cual se dio lectura a una carta del paisano Benito de Agüera Bustamante. Excelso ejemplo de desprendimiento y bonhomía. Afirma que 'a buen patricio nadie le gana', pero que en cuanto a méritos 'quien merece todo reconocimiento es el conde de Floridablanca, que mira los asuntos de esa noble y pobre Provincia con una atención y cariño particular'.

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