El día más marinero del año

En la cama, ya al calzarse las chancletas, la gente marinera del Barrio Pesquero ensaya rezos, plegarias y alabanzas por la festividad del día: «Virgen del Carmen / preciosa palma / cuando yo muera / vendrás por mi alma». Pronto, quienes aclaran los galillos en casa mirándose en el reconfortante espejo del café con leche con sobao y una copia de anís formarán parte del coro que en la iglesia piadosamente entona el siempre vigente 'Alabado de la Virgen del Carmen'.

Los balcones se engalanan con la enseña nacional. Que también es marinera. Mujeres y hombres, ancianos, jóvenes y niños, visten de primera comunión, con el escapulario al cuello, palpitante sobre el emocionado corazón. Azul y blanco el atuendo. Y azul y blanca la fe. «Carmen se llama / la mujer que yo más quiero. / Si muero antes que ella / en el cielo con la Virgen del Carmen la espero».

Barcos de papel en la bahía. Barcazas engalanadas; con los tripulantes de riguroso azul y blanco. Los jubilados del mar recuerdan ruegos in extremis: «Virgen del Mar, haz que llegue a puerto y flores en el altar no te faltaran». Naufragios benignos y malignos. En tan celebrado día, Santander la marinera hace honor a su mote. Matutina procesión marinera en la bahía. Y vespertina procesión ciudadana desde la calle del Carmen. Que, no en vano, es Sol.