Galdós vivió para contarlos

Así lo cuenta él mismo en el enjundioso artículo 'La Catástrofe en Santander del vapor Cabo Machichaco', que el 15 de noviembre de 1893 publica en el diario La Prensa de Buenos Aires. El martes 31 de octubre, visita a su amigo y colega literario, José María de Pereda, en el domicilio de éste en Muelle 2. Desde cuyo balcón, los hermanos en novelas, fisgonean cuanto ocurre en el frontero muelle de Maliaño. El primero de noviembre, Galdós sale de Santander para Madrid. Lo que le lleva a razonar: «Si hubiera retrasado mi viaje unos días más, como estuve a punto de hacerlo, es seguro que el día 3 por la tarde me habría encontrado, entre cuatro y cinco, en la casa de Pereda y habríamos salido los dos al balcón, y habríamos visto al Cabo Machichaco en la segunda machina de Maliaño. Un vapor ardiendo no es espectáculo que se ve todos los días. Tengo la seguridad de que no me habría contentado con verlo desde un balcón y habría ido a presenciarlo de cerca, como fue medio Santander, ignorante del peligro». Por fortuna para él y para las letras, no fue así, lo que le valió vivir para contarlo. Tanto en el ya reseñado escrito como en el siguiente 'La segunda explosión del Machichaco', que en el mismo medio bonaerense publica el 31 de marzo de 1894.

De recomendable lectura son obviamente ambos artículos. Tanto por la galdosiana limpieza de la prosa como por la información de primera mano que procuran. Razón por la cual propongo a la Real Asociación Machichaco que los publique en edición especial, numerada, para que quien tenga a bien tenerlos y leerlos pueda ver satisfecha tan justa y loable aspiración.