Invención de los cubiertos

En mi colección de rarezas guardo varias cucharillas compradas en Oriente, totalmente de nácar, de irisado nácar, con un caracol biselado a guisa de agarradera y una suntuosa concha de caracola marina. Qué maravillosos instrumentos de mesa, para la mesa, pasaron de los mercados callejeros turcos a mi zurrón. Cucharas, cuchillos, tenedores. Que hubiera cucharas de madera o hueso ya en el Paleolítico nada tendría de extraño. Quien pintó bisontes bien podría haber utilizado cucharas de hueso de bisonte para comer bisonte. Y huesos con salientes como sierras para disponer en lonchas magras y tocinos. Y tenedores de pinza (bogavante, cigala y similares) para llevarlos pinchados a la boca. En los museos de Mesopotamia y Egipto lucen en las vitrinas ejemplares muy antiguos. En hojas de maíz bebían los aztecas. Y las tortillitas de maíz servían de propicia cuchara. Como la torta de pan al gazpacho manchego, jumillano y yeclano. O el cuerno de toro o carnero para beber vino.