Laguna en el callejero

Un golpe más de fortuna. Pues don Marcelino también sería fielmente inmortalizado por Coullaut en la elegante y sólida estatua que llama poderosamente la atención de cuantos se adentran en la madrileña Biblioteca Nacional.

Lo cual no es nada —¡con ser tanto!—, de cuanto tan inspirado escultor obró para Santander. De lo profano a lo religioso: Un 'Cristo yacente'; que Ramón Mélida ensalza en 'La Atalaya' (24.01.1911) como obra de imaginería religiosa notabilísima. Tal imagen procesionó en Semana Santa hasta que pereció en el incendio del templo de San Francisco (20.12.1920), con otra admirada obra suya: 'Cristo con la cruz a cuestas'.

Reducidas a cenizas, las labró de nuevas (1923-1924). Y procesionaron hasta la incautación por el Frente Popular de la iglesia de San Francisco (13.08.1936), calificándose (a la baja) el 'Cristo yacente' como «obra de algún relieve artístico, encerrado en valiosa vitrina de cristal, que con todo género de cuidados será destinado a un museo». Este año, tan inspirada imagen preside el cartel de la Semana Santa santanderina.