Borrar

Hay a quien los libros de poesía se le atragantan, los libros de ensayo no los lee ni aunque se lo mande el médico y ... los libros sin santos no los quiere ver ni en pintura. La expresión 'libros con santos' hizo fortuna en la España ampliamente analfabetizada de los tiempos del cuplé, cuando era por desgracia muy normal que en los ámbitos rurales la gente no supiera leer ni escribir. De cajón era entonces que los ágrafos mostraran su predilección por los libros con santos. Sobre todo, los abuelucos, para sobrellevar las jornadas invernales ante el fuego del llar. A los analfabetos del agro español, las imágenes de los libros (las reproducciones, los santos) les permitían hacerse una idea del contenido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Libros con santos