Loor de la olla podrida
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Feo nombre. Rico plato. De barro la vista. De cielo el gusto. La preparan con amor y deleite las rosadas manos de una ventera que no ha leído 'El Quijote'Secciones
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Feo nombre. Rico plato. De barro la vista. De cielo el gusto. La preparan con amor y deleite las rosadas manos de una ventera que no ha leído 'El Quijote'Olla podrida. Feo nombre. Rico plato. De barro la vista. De cielo el gusto. La preparan con amor y deleite las rosadas manos de una ... ventera que no ha leído 'El Quijote'.
La vigila al fuego lento de leña la que blande un mosquitero de esparto porque desconfía del refrán: «A olla que hierbe mosca no acude».
A la olla podrida alaban los clásicos con versos.
Por la sopa la conoceréis. «Ya la sopa presentan en la mesa, / de excelente comida anuncio cierto, / dorada, sustanciosa, ¡oh cuál exhala / el olor de la vaca y de torreznos!»
De Requiebro poético a la olla podrida (1852) de Juan Urcullo Allén (1790-1852), son los versos que pregono: «Jugo de vegetales es su caldo, / y de gallina menudillos tiernos, / acompañada con ligera escolta / de platillos hermosos, cuyo objeto / es mover suavemente los sentidos, / y abrir el apetito casi muerto».
Ronronean sobre la mesa cientos de moscas cojoneras. La sopera con cuchara grande, cucharón cumplido, vuelve vacía de la mesa a los fogones.
Impacientes, cuchichean los comensales: acto segundo del codumio: «Con pompa y majestad, tras de la sopa / una podrida olla va viniendo, / do deben descubrirse confundidos / la gallina, el chorizo y el carnero, / el jamón y la vaca entre el garbanzo, acompañados de tocino fresco».
De Sancho Panza, en 'El Quijote', de justicia es recordar: «Las ollas podridas / mientras más podridas / mejor huelen».
A la paz de Dios, salmodian quienes se encaminan a la bolera precisados de inmediata buena digestión. Tras la tripada, las cinchas se sueltan y dan en roncar garbanzos, alubias y compango, conociendo, o no, lo que el Caballero de la Triste Figura apuntaba a su rústico escudero: «Dícese eructar y no regüeldar». Y a fe que en ello están ya quienes parecen canónicos con las manos sobre la santísima andorga. Que aproveche.
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