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Pulquérrimo entorno urbano. No hay en la ciudad de Santander calle más sonreída de hortensias que la del cronista, José Simón Cabarga. Vía de poco tránsito que de la Bajada de la Encina lleva a Honduras. No se pierdan el espectáculo floral anualmente repetido. Vayan ... a verlo. Es gratuito. A la entrada de las fincas urbanas las hortensias crecen en compactos apretones, sobre una selva de graves y nervudas hojas verdes. Las hay por doquier. En multicolor abanico. De todos los colores imaginables y con tacto de bebé. Qué satisfacción tendrá en el otro mundo don José, que era duro de oído y de vista, si alcanza a vislumbrarlas en la calle de su nombre. Donde los macizos de hortensias no pasan desapercibidos.

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eldiariomontanes La mar de hortensias